
Los hombres se definen por sus acciones, señor. No me venga con la perorata del espanto que le ocasiona el pasado, cuando de lo que hablamos es del presente y del futuro.
Que el pasado tranquilo está, y si amenaza con volver, será porque algo estarán haciendo mal, el patrón , sus gerentes y ustedes, los incondicionales de los cargos a cambio.
No me venga a hablar del cuco cuando bien sabe usted y su mandamáses de tono afectado que sólo la gente es la que decide. Y no ustedes. ¡Convenza a la gente, hombre! No las asuste, No las apremie ni las amenace, que eso le puede dar resultado un par de veces, pero la gente cuando es maltratada, generalmente termina despreciando al maltratador. Y esa gente, quiera o no usted, tiene memoria
No me discursee, no se agarre a los dictados de los manuales de los peritos en imagen. Que eso sirve, y a veces, para convencer a los desprevenidos, pero nunca a la gente que lo conoce.
Porque a esta altura, Don José… ya lo conocen todos. Sobre todo aquellos que sufrimos sus incumplimientos, los que fuimos echados del trabajo, los que fuimos perseguidos e insultados por sus perros falderos, de escasa sutileza…
No, Señor Intendente. No. No me venga a correr las lineas de cal, no las corra según la conveniencia. La cancha es la cancha, y ahí se juega. Si quiere venga y compita. Que finalmente es un juego, donde siempre ganan las mayorías, aunque algunos prefieran las trampas y los tramposos.
Pero no vamos a dejar que nos prepotee, que nos hable desde ningún escalón sagrado y senatorial. Si no se animó a irse a Buenos Aires a ser diputado, es porque sabe que el año que viene pierde la intendencia y no con el cuco, ¡eh !
Con el resto de mujeres y hombres, que a diferencia de usted, no nos corrimos de nuestras convicciones y seguimos creyendo en el Frente Progresista como el lugar desde donde gobernar cada ciudad, cada pueblo y la provincia. Ese Frente que la gente eligió para que gobernara la ciudad.
Váyase usted si quiere señor Corral, nadie lo retiene.
Vaya y explique en los despachos porteños cómo fue que no pudo ni siquiera cumplir con lo acordado.
Que quienes son estafados una vez, difícilmente vuelvan a confiar en el estafador.
Pero recuerde que se va usted, que nadie lo echa. Que los demás nos quedamos y que vamos a defender con uñas y dientes los espacios ganados. Que se va usted, señor. Porque no se banca la democrática decisión de los ciudadanos, dentro del Frente Progresista.
Váyase si quiere, si tanto le molesta, que defendamos a Sancor, que reclamemos las deudas, que nos opongamos a las importaciones que cierran nuestras fábricas, que decimos lo que la gente nos dice cuando van al supermercado, que vemos como siguen siendo generosos con los amigos, y duros, igual que el cuco, con los que consideran enemigos. Con la diferencia de que son amables cuando lo hacen.
Vaya señor, vaya… que hay nuevas fuerzas, y nueva sangre, y nuevos horizontes, que hemos forjado. Con radicales, socialistas, progresistas, peronistas, gente de izquierda, gente común que no necesita de partidos ni de patrones para saber que quieren de su cuadra, de su barrio, de su ciudad.
Vaya señor, deje de asustarnos con el cuco, hombre, que somos gente grande… que sabemos como hacerlo, hablando con la gente, bientratando, cumpliendo con nuestros compromisos, sin perseguir a nadie.
Haga lo que usted quiera señor Corral, pero no nos venga a decir a los demás cómo se hacen las cosas. Que bastante bien las venimos haciendo, a pesar del ninguneo con sonrisas de sus patrones.
Vaya usted, entonces, Señor Corral, haga lo que crea y quiera. Que nosotros hacemos lo que creemos conveniente para la gente. Y que la gente decida.





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