
Los números sorprendieron, si. Pero quienes habitamos y hablamos a diario con los santafesinos, estábamos habilitados a sospecharlo. Un gobernador que abandonó la gestión para dedicarse a los negocios, y un sector del «armado» opositor que estaba a su servicio. Enfrente, la política: Los que caminaban, los que hicieron cientos de miles de kilómetros en auto, los que fueron pueblo por pueblo a escuchar los lamentos y las quejas. Y al final, ganó eso. Porque la gente demanda eso. Y un cambio en la matriz feudal del interior , que cumplirá 40 años este 10 de diciembre.
Hay varias explicaciones para el triunfo de Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia en Santa Fe. La más importante es que son dos militantes políticos, que viven en sus ciudades, caminaron cada metro del territorio provincial, y forman parte de un equipo de trabajo, que se fue armando con paciencia durante mucho tiempo.
La mayor critica que se escuchaba sobre Pullaro- de propios y extraños- era: «Se apura, se está apurando mucho», en referencia a su decisión de anunciar en 2021 que quería ser gobernador de Santa Fe. Es que la temprana e inesperada muerte de Miguel Lifschitz dejó un vacío demasiado grande que muchos creyeron que no podía ocuparse. Y era difícil, muy difícil, pero alguien tenía que ocuparlo, a pesar de los dolores y las interpretaciones sobre cómo y desde dónde.
Y el domingo, cosechando votos, lo empezó a ocupar Maximiliano Pullaro.
¿ Por qué? Básicamente porque eligió el camino de la política. Y fueron, precisamente, las acciones puramente política – no el marketing ni las agencias- las que lo hicieron posible.
La UCR en su totalidad, empujó a la reconstrucción del Frente de Frentes, a la postre la incómoda sigla de Juntos para Cambiar Santa Fe. Allí confluyeron casi todos los socialistas, el PRO y la mayoría de los partidos que conformaban el FPCYS, que llevó al gobierno a Binner, Bonfatti y Lifschitz.
Y en esa confluencia, se destacaron muchos nombres que no aparecen en la tapa de los diarios: Uno es Felipe Michling, Presidente de la UCR, que no paró hasta convencer a todos de la necesidad de la coalición, salteando los conflictos entre e intra partidos. Otro, es Antonio Bonfatti, el ex gobernador fue el primero de los socialistas en romper el cerco ideológico y decir: » hay que sumarse para ganarle al peronismo», y aunque su posición devino en diferencias que nunca se saldaron dentro del partido, al final casi todos confluyeron. Allí fue determinante el aporte de Clara García, una referencia confirmada en las elecciones del domingo, y que representa al otro sector del socialismo que se terminó integrando, y terminó obteniendo un triunfo muy importante en la interna a diputados provinciales.

En el PRO, hubo quienes aportaron claridad desde el comienzo y apostaron, sin tantos «peros», y esos son los que al final terminaron acompañando a Pullaro: Fabian Chumpitaz y Gisela Scaglia. Esa incondicionalidad, obligó al resto de los partidarios a compartir la coalición con nombres y partidos que se anunciaban como «limites inviolables».
En el norte provincial, el radical Fabian Bastía se cargó la responsabilidad de armar donde no había prácticamente nada armado, y en el sur, mas abajo de Rosario, el trabajo fue de Lisandro Enrico. Miles de kilómetros en auto, pueblo por pueblo, empujados por un Pullaro que – al estilo Lifschitz- no paró un sólo día de caminar, hablar y escuchar.
Enfrente, la superestructura, los acuerdos cupulares, la política entendida sólo desde el marketing. Una precandidata que prefirió la pantalla de la TV porteña- donde vivía y vive, y lo decía- a caminar el suelo santafesino. Aviones privados, poco contacto con la gente y slogans agresivos, que violaban los principos elementales de una interna.
A eso, apostó el propio gobernador, que no sólo «cedió» algunos vuelos, sino que le entregó, para perjuicio de su candidato Marcelo Lewandoski, la mitad de los séxtuples en Rosario y Santa Fe, a la precandidata de la oposición.
A eso, le ganó la política territorial y todo eso derivó en una interna que será histórica por el volumen: un 62% de los votantes santafesinos, eligieron a sus representantes dentro de UxCSF. Y el resultado es llamativamente equilibrado: Los radicales estarán a cargo de la gobernación, el PRO tendrá a la vice gobernación y con ella la conducción de la Cámara de Senadores, y el Socialismo, con la triunfadora Clara García, que encabezará la pelea de fondo con Omar Perotti, y seguramente ocupará la Presidencia de la Cámara de Diputados, con de 12 diputados de origen socialista.

LOS DEPARTAMENTOS, ESA MATRIZ INEXPUGNABLE AL BORDE DE ROMPERSE POR PRIMERA VEZ DESDE 1983.

Todos los titulares se enfocaron en el aplastante triunfo de Pullaro, y está bien. Pero los números, cuando se «peinan», dejaron otros resultados sorprendentes que, si se consolidan en septiembre, pueden modificar la única matriz que nunca cambió desde el retorno a la democracia en Santa Fe: el senado provincial.
Desde 1983, de los 19 departamentos en los que se divide la provincia, siempre, hubo entre 12 y 15 que le respondieron al peronismo, lo que convirtió a la Cámara Alta en un refugio conservador que mantuvo algunas estructuras intactas, y dos ejemplos lo demuestran :El acuerdo del senado con el poder judicial, impidió algunos cambios profundos y la reforma imprescindible de la Constitución Provincial, siempre encontró en ese recinto los límites para avanzar.
Los senadores pueden o no ser responsables de algunos delitos que le imputan desde los medios, la justicia o la política. Eso no está probado, debe ser probado. Lo que si está probado, es que el senado es la única matriz intacta, que mantiene en pie figuras anacrónicas en vigencia, como los fueros absolutos.
Pues el domingo, todos los senadores opositores, ganaron sus internas. Y allí al menos 9 de los 12 los senadores del peronismo, si no perdieron en la suma, quedaron al borde de perder. Y los ejemplos son contundentes:
En La Capital, el senador Marcos Castelló sumó algo más de 72 mil votos con sus aliados, pero la oposición que tendrá como candidato al socialista Paco Garibaldi, superó holgadamente los 110 mil votos.
En Rosario, el aspirante a retener la banca por el Peronismo, Lisandro Cavatorta, alcanzó los 157 mil votos (con sus aliados), pero la oposición que estará encabezada por el también periodista Ciro Ceisas, superó los 260 mil sufragios.
En San Lorenzo, la tierra del cuestionado Armando «Pipi» Traferri, el senador volvió a ser el más votado: consiguió casi 25 de los 32 mil votos que sumó el peronismo. Pero la oposición, que estará encabezada por Ivan Ludueña, sumó casi 35 mil votos con los 6 precandidatos.
En Belgrano, el aspirante peronista a retener la banca, Alcides Cornaglia sumó poco menos de 9000 votos. La oposición, que estará representada por Pablo Verdecchia, superó los 10.000.
En Las Colonias, aunque el senador Rubén Pirola se alzó con 22 mil votos propios, la suma de la oposición que será encabezada por el radical Marcelo Dellaporta, alcanzó casi 26 mil votos.
En San Javier, el casi imbatible José «Pepe» Baucero sumó apenas 6000 votos, mientras que la oposición que quedó en manos de Oscar Dolzani, casi lo duplica con 11 mil sufragios.
En San Martin, la única mujer senadora que habita en el recinto, Cristina Berra sumó 12.500 votos, pero la oposición que quedó encabezada por Esteban Motta, superó los 17.000 votos.
En Garay, el senador Carlos Kaufmann, fue el más votado (5550 votos) pero pierde con la suma de UXCSF , en la figura de German Baumgartner que superó los 5700.
Alcides Calvo, el senador de Castellanos, el departamento de Perotti, sumó ( con sus aliados) algo más de 36 mil votos. La oposición, que quedó a cargo de Carolina Giusti, superó los 32 mil.
En el peronismo sólo Eduardo Rosconi en Caseros, Osvaldo Sosa en Vera y el histórico Raúl Gramajo en 9 de Julio, obtuvieron triunfos que despejan dudas de cara a septiembre, el resto tendrá que pelear para revertir los númros para consolidar sus bancas.
Al revés de ellos, los mencionados radicales Felipe Michling y Lisandro Enrico en San Cristóbal y General Lopez, sus correligionarios Rodrigo Borla, Hugo Rasseto, Orfilio Marcon y Eduardo Giacommino, junto al «Frentista» Leonardo Diana, ganaron con mucha holgura sus respectivos departamentos.




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