Mi único enojo real es porque manda las cédulas a la casa de mis padres, que tienen 88 años y se angustian. Sabe mi dirección laboral, pero elige mandarselas a mis padres. El resto, me parece patético. Es el derrumbe de un pobre hombre, que sólo tiene dinero. Y una pequeña cuota de poder real que se va desvaneciendo, como se le desvanece la lucidez, después de las 6 de la tarde, cuando se instala en su inexplicable mansión de millonario en el coqueto club privado de Golf «El Paso». No lo digo yo. Lo dicen sus amigos, que están preocupados.

Molina es un pobre hombre, lleno de plata que no puede ni podrá explicar nunca sin que sus interlocutores ocasionales se burlen por lo bajo.

No goza de ningún respeto. Ni de sus colaboradores, ni de sus afiliados. Sigue usando el miedo y la amenaza como manera de «convencer». Y nunca, jamás, será ni la cuarta parte de la sombra de un tal Alberto Emilio Maguid, que seguro, estaría avergonzado de la conducta inmoral, la incontrolable ostentación y la pírrica capacidad política de quien lo sucedió en su cargo.

Molina me inició una cuarta querella en menos de 20 meses. Desconozco los motivos de la última, porque la cédula llegó un 29 de diciembre y los tribunales están cerrados hasta el 1 de febrero. Recién en esa fecha sabré qué nueva ocurrencia tuvo él o alguno de sus parásitos asesores personales-entre los que se encuentra un patético periodista rentado por él- para volver a molestarme con una querella penal.

A diferencia de las otras, que fueron DESESTIMADAS por el juez Falkemberg, en esta ocasión, no me quedaré mirando con una sonrisa socarrona sus intentos por molestar mi tranquilidad familiar y mi desarrollo profesional: No. Esta vez, lo denunciaré por enriquecimiento ilicto y le pediré a la justicia que lo obligue a explicar cómo él, apenas un pobre empleado público, con licencia gremial interminable, pudo comprar las propiedades que constan en los registros catastrales de la provincia de Santa Fe. A su nombre y a nombre de sus familiares. Esta vez, no me quedaré en la mera función periodistica y pienso accionar, como debieron reaccionar alguna vez los empleados públicos o los jubilados de la provincia, para exigirle que explique cómo ese empleado público, sin carrera profesional alguna, sin empresas importantes que pueda justifica en propiedad, tiene la fortuna que tiene.

Quizás descubramos entonces, por fin, cómo él y muchos dirigentes sindicales peronistas santafesinos, pudieron amasar sus fortunas al tiempo que fueron empobreciendo a sus representados.

No sé cual es su encono conmigo. En el fondo, creo, que le molesta no tener con qué extorsionarme. No pudo hacer conmigo lo que hizo con un olvidable colega al que le distribuyó un video sexual privado para humillarlo frente a toda la sociedad.

Tampoco pudo evitar, tal como me lo prometió en un audio- que guardo y presentaré como prueba en la proxima instancia- «mandarme a trabajar a una FM en Gato Colorado», tal como lo habian imaginado él «y Omar».

Sé, si, que nunca pude saber quien me mandó a robar una notebook en la primera sede de REC. A diferencia de otros, y por información que me acercaron los organismos de seguridad que entonces manejaba Marcelo Saín, PRESENTÉ UNA DENUNCIA POR AQUEL HECHO EN LA FISCALIA DE DELITOS ESPECIALES, y la ahora jubilada fiscal Mariela Gimenez, ni siquiera tuvo la voluntad de pedir las cámaras de seguridad de la zona ( media cuadra exacta del palacio municipal, enfrente de una sinagoga super custodiada y repleto de camaras privadas adicionales). A ella le dije claramente, que los policias me habian dicho que «Te la mandó a robar Molina, porque creia que tenías información sobre la causa Oldani». Ni yo tenía información, ni me involucré en ese tema, ni a pesar de lo que comentaba la calle, lo mencioné a Molina como sospechoso de nada, ni le presté colaboración alguna, nunca, a las operaciones de Sain. Ni contra Molina, ni contra Traferri, ni contra ninguna persona inocente a las que el ex Ministro pretendió involucrar en causas falsas. Les consta a todos, y también a Molina. Yo lo mencioné, si, ante la fiscal por el robo de la notebook,pero la doctora Gimenez nunca hizo nada con aquella denuncia que debe estar enterrada en algún cajón perdido del MPA.

Pero después, por una interna familiar, gremial o amorosa, que mantuvo con un viejo socio, me llegaron las informaciones sobre los bienes que tiene a su nombre Jorge Molina. E hice lo que los periodistas debemos hacer. Publicarlos y preguntarme lo que nadie se anima a preguntar: ¿ Cómo compró todos esos bienes? Y me querelló. Y le desetimaron la querella, porque mi pregunta era legítima. Y porque no lo estaba acusando de nada, sólo le estaba preguntando a él, de manera pública, lo que nadie se animaba a preguntar . Y se enojó.

Y en lugar de defender los derechos de sus trabajadores, prefierió pactar de manera impúdica con sus socio, compañero de viajes al exterior para ver a Unión y amigo personal, Walter Agosto. Y con él, profundizaron la pobreza de sus afiliados. Congelando los salarios de 2020 bajo la excusa de la pandemia, y aceptando propuestas que siempre los perjudicaron. Y las asambleas se hacian a mano alzada y las votaciones por internet, con un sistema sin ningun control externo y una gran fragilidad de seguridad.

Y me siguió querellando. Y le siguieron desestimando las querellas, por inconducentes.

Cambió tres veces de abogado. Ellos mismos confesaban que no podian hacer nada. Estaba enceguecido conmigo.

No tengo plata escondida, ni sociedades turbias, ni patrimonio inexplicable, ni practico extorsiones, ni hago operaciones desde la falsedad.

Lo sabe Molina, lo saben sus nuevos socios de la última década ganada, jorge Hoffmann, José Testoni y el resto de la banda de burócratas sindicales.

Con la excepción del temor que infunden algunas acciones violentas en el pasado de Jorge Molina, la lógica preocupación por la integridad de mi familia, NO TENGO NINGÚN MOTIVO PARA TEMERLE A MOLINA.

Sus querellas, en el fondo, y su cabeza y la de sus esbirros, no lo alcanzan a ver ( lo que también habla de su inteligencia y su capacidad) es que me fortalecen. Me convencen cada día más de estar en el lugar adecuado, en la posición adecuada, y con lo suficientes argumentos para defenderme.

Durante todo este tiempo, y les consta a varias personas a las que les transmití mi deseo de terminar con el conflicto, incluso enviándole mensajes a su teléfono diciéndole que me parecía de adultos sentarnos a conversar y cerrar este disparate, SIN NINGUNA CLASE DE ACUERDO ADICIONAL, Molina, pobre, siguió este derrotero de obsesiones judiciales.

Me jode gastar tiempo en las audiencias, comprometerme con abogados, y sobre todo, tener la sensación de estar siendo vigilado y condicionado de manera permanente con un solo objetivo: hacerme daño patrimonial. El único daño grande que me puede hacer si se encuentra con algún juez amigo que quiera darle la razón en una primera instancia.

Pero no habrá razón final para él. PORQUE NO HAY MOTIVOS PARA QUE SE SIENTA INJURIADO NI CALUMNIADO, NI DAÑADO EN SU IMAGEN POR MIS AFIRMACIONES PERIODISTICAS. Soy abogado, sé lo que digo, qué alcance tiene y además, de quien estoy hablando y sobre que importancia pública, que interés público legitimo, tienen esas afirmaciones.

Pobre Molina. Nacimos en la misma fecha, el 8 de octubre, somos los dos tatengues- yo tengo la ventaja de no haber formado parte de ninguna de las comisiones directivas, donde también Molina pasó sin ninguna gloria- y vivimos en la misma ciudad.

Yo no tengo plata, ni poder. Me alcanza con la tranquilidad de ser sólo lo que soy, sin muchas ambiciones.

A él, en cambio, le sobra todo lo superficial. Y le falta lo único que, al final, de verdad importa en esta vida: el respeto de los otros.

Que venga la cuarta querella. Yo me defenderé como debo y aprovecharé para sacarme algunas dudas que dejé pasar en las instancias anteriores.

A él, no lo salva nada. Tiene todo lo que un ser banal, superficial, ambicioso y de bajo vuelo pretende: dinero. Pero nada más. Y eso, por eso le cuesta tanto vivir después de las seis de la tarde, es la pobreza más profunda.

ACLARACION INDISPENSABLE

PD: NO MENCIONO EN ESTA NOTA UN ASUNTO QUE SE VENTILÓ EN SEDE PENAL Y TIENE QUE VER CON UNA VISITA DE MOLINA, SU MUJER Y UN MENOR A UN HOSPITAL PÚBLICO DE SANTA FE. EN LA ÚLTIMA AUDIENCIA JUDICIAL DE 2022 ACORDAMOS QUE YO NO VOLVÍA A MENCIONAR ESOS HECHOS, YA QUE SEGÚN ÉL, AFECTABA A SU INTIMIDAD.

YO CUMPLÍ CON MI PARTE, PERO SE VE QUE A MOLINA NO LE ALCANZÓ,

CUANDO EL JUEZ ME AUTORICE, VOLVERÉ SOBRE ESE TEMA, Y PRESENTARÉ LAS PRUEBAS QUE OPFRECÍ EN SU OPORTUNIDAD, PERO QUE PONIAN EN RIESGO EL TRABAJO DE TRES ENFEREMERAS DE ESE NOSOCOMIO.

HOY, AFORTUNADAMENTE, CAMBIARON LAS AUTORIDADES DE SALUD, Y YA NO SON SOCIOS DE UPCN. QUIZAS, AHROA, ELLAS ACEPTEN DECLARAR SIN TEMORES. YA NO HABRÁ DELEGADOS GREMIALES APREMIANDOLAS EN SUS LABORES COTIDIANAS.


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