Nos cansaremos de escuchar versiones. Habrá, como siempre, teorias conspirativas, declaraciones escandalosas, acusaciones sin pruebas, denuncias sin sustento. Se recordará este día, con la misma intensidad con la que recordamos otros asuntos parlamentarios santafesinos: la sanción de la ley de Lemas, la privatización del Banco Provincial, o el intento de privatizar la EPE. La diferencia esta vez, es que la política le ganó a la angurria conservadora santafesina. El futuro le ganó, por fin, al pasado. 24 horas que serán historia, a pesar de quienes intentaron evitarlo.

Que no era el momento. Que no estaban dadas las condiciones. Que sólo buscan la reelección del gobernador. Que los senadores no quieren. Que no es necesario. Que la sociedad no lo pide. Que es un asunto de la política y que no le importa a nadie.

40 años escuchando las mismas frases, los mismos argumentos, las mismas excusas.

40 años tardó la politica santafesina en ponerse de acuerdo. 11 gobernaciones. De todos los colores, y con todos los escenarios posibles: Con Mayorías automáticas holgadas, gobiernos en plena minoría, gobiernos sin ninguna clase de poder real, y al final, un gobierno que juntó, por fin, la decisión con los números parlamentarios.

La sanción de la ley de necesidad de la reforma constitucional era la única deuda institucional que tenía el poder político santafesino, para convertir al Estado en un Estado moderno.

Santa Fe tiene los institutos constitucionales más antiguos de la Argentina. A pesar de que en los últimos veinte años, consagró nuevos derechos como casi ninguna provincia argentina pudo consagrar. A pesar de una montaña de leyes sancionadas que intentaron darle actualización al sistema, Santa Fe sostiene- hasta el año próximo- una Constitución antigua, que fue sancionada para sostener gobiernos que entonces, no duraban nada.

Mayorías automáticas por un voto de diferencia, fueros decimonónicos, sistemas de selección y remoción de los jueces sin adaptación a las normativas nacionales, falta de consagración de las paritarias, sistemas de representación sin respeto por las minorías, falta de mecanismos de remoción de politicos corruptos, inexistencia de la paridad de género, ausencia de criterios que le impongan a los gobiernos limites reales, ataduras a un credo…. En fin… decenas de artículos basados en una sociedad distinta, con otros tiempos, con otras necesidades.

Y finalmente hoy, cuando se contaron los votos en el tablero del senado, hubo ley.

Una ley que contó con los números que exige la vieja constitución, que se armó – y no hay que temerle más al término- con negociaciones abiertas. Que suma voluntades diversas, rechazos incómodos, y una fuerte convicción de mujeres y hombres, que entendieron la oportunidad histórica, por encima de sus propias necesidades.

¿ Donde está la gente, acá? Se preguntaron varios legisladores, al momento de argumentar el rechazo.

La gente estará en el lugar más importante: en las urnas. Eligiendo a los convencionales. Discutiendo proyectos, propuestas, y posibilidades, en una campaña electoral que elegirá a quienes tendrán el enorme orgullo de redactar una nueva constitución.

Será la sociedad, esta sociedad, la que decidirá a quienes les otorga mayorias y minorias. La que pondrá en su lugar a los que hablan en nombre de ella. Para bien o para mal.

Y será la gente la que decida si habrá chances o no, para que el gobernador pueda presentarse a las elecciones en 2027.

Todo lo demás, es cháchara, pretexto, evasión de las responsabilidades.

Hoy en Santa Fe, ganó la política grande. La que transforma. La que piensa en lás décadas futuras y no en los próximos diez meses.

Ganó la razonabilidad por encima de la tilinguería de las redes sociales, las ausencias inexplicables, los aprietes y especialmente, sobre un Orden Conservador que mantuvo a Santa Fe en el atraso. Que se negó a cambiar siempre, porque con estas reglas pudieron sostener un poder continuo.

Se acabaron las especulaciones y los pronósticos.

En 2025, habrá una constitución que describa a la provincia de hoy. Que represente los intereses de la provincia del siglo 21. Que defienda, a pesar de la ola antipolítica, a la práctica noble de la actividad política, como lo que es: la única manera que encontró la humanidad, para organizarse y establecer reglas.

Para este escriba, es un gran día. Para muchos otros, seguramente, esto significará una derrota.

40 años demoramos en resolver este asunto. Y es posible, confío que así sea, que sea la puerta de entrada a un futuro mejor.

Ganó la política. Y es una gran noticia.


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