Porque quiero un cambio en el club. Porque 15 años me parecen una eternidad para cualquier gestión, en una provincia, en una ciudad o en un club. Porque si la fórmula no dió resultados, no hay motivos para pensar que los dará en el futuro. Hace tres voté por Sphan y lo dije: hoy digo que votaré por Pipo Desvaux y tengo una larga lista de razones que no quiero dejar de mencionar. A manera de memoria, y para que no se vuelvan a repetir.

Unión vota este sábado a su próximo presidente. Yo pienso votar a Hector Desvaux, porque quiero un cambio. Pero es un acto democrático. Y los resultados deberán ser respetados por todos. Resulte electo Pipo o Luis, a ese habrá que apoyar desde el domingo. DE ESO NO HAY DUDAS.

Por eso está bien que nos manifestemos antes del acto. Cómo yo, cada socio que fue a votar tendrá sus motivos respetables para votar a uno u otro.

¿ Que pienso?

Hace tres años voté al actual presidente de Unión. Lo hice porque nos prometió, otra vez, que «esta vez si» iba a priorizar lo deportivo, iba a hacer los esfuerzos para tener un equipo competitivo y darnos a los unionistas, al menos la ilusión de pelear por objetivos grandes.

La realidad demostró todo lo contrario. No sólo no peleamos cosas importantes, sino que sus propias decisiones influyeron en ese fracaso: Desde el inexplicable impago del pase de Mele, pasando por las inhibiciones que no se levantaron a tiempo el año pasado e imposibilitaron la llegada de refuerzos, o por las demoras en la renovación de algunos contratos que derivaron en libertades de acción como lo ocurrido con Franco Calderón y está a punto de suceder con Jero Dómina.

Unión en estos tres años, peleó el descenso en dos. En el otro, clasificó a la Copa Sudamericana, en un torneo en el pudo aspirar a mucho más.

Hace tres años, también, Luis Sphan nos prometió terminar las obras y avanzar en la reforma del Estadio. Hoy, la «noticia» es la instalación de un ascensor para la prensa. La ya «vieja» nueva platea alta sigue sin terminarse. El aspecto desde Boulevard es la de una obra inconclusa.

Lo que debía ser

La sede social tampoco se terminó. Basta pararse en la puerta histórica del club y mirar hacia la sede y descubrir que, inexplicablemente, faltan «detalles» de terminación, que o son la consecuencia del descuido y el mal gusto, o la demostración de que en Unión parece que las obras nunca se terminan. ¿ Por qué la sede no terminó siendo la que nos dijeron que iba a ser? Basta con comparar las dos imágenes, y comprenderlo. La obra o es menor, o no está terminada. Y lleva más de tres años de obra…

En tres años, no hay un metro del prometido predio deportivo. Y no es menor: todos los clubes del país que obtienen resultados deportivos, tienen instalaciones adecuadas para el desarrollo de sus inferiores, y condiciones para el entrenamiento y el descanso de los profesionales.

¿ Por qué no se hizo el predio? No lo sabemos. Si uno repasa las titularidades de la mayoría de los terrenos vacios en las cercanías de la circunvalación oeste de la ciudad, se lleva una sorpresa: muchas hectáreas, muchas, figuran a nombre del presidente del club o de sus empresas. ¿ Por qué, si su modus habitual fue «invertir» en el club, no lo hizo con el predio? Mi interpretación, y es solo eso, es que no le importó, o no lo creyó necesario. Los resultados demuestran que ese desinterés, finalmente, impactan sobre los resultados del proceso.

Otra más: en los últimos año y meses, la ciudad de Santa Fe se llenó de edificios y gimnasios millonarios, a nombre del presidente. ¿ Por qué Unión no tiene un gimnasio de esa calidad? ¿ Cómo es posible que los negocios, lícitos, del presidente hayan crecido tanto mientras Unión tuvo dificultades para terminar sus obras o invertir en un predio o fortalecer la competitividad del plantel superior de fútbol?

Hoy, los unionistas no sabemos ni cuanto tenemos en caja, ni cómo se cobraron los millonarios pases de Nardoni, Machuca o Zenón, por citar sólo algunos ejemplos, dentro de más de una decena de ventas en ese lapso.

Tampoco sabemos cuanto le debemos al presidente. Un número sensible, porque es un pasivo que puede afectar al futuro del club. Saber, con claridad, cuales son las deudas que tenemos como institución, es un punto central: no se puede planificar nada, si no sabemos cuanto tenemos y cuanto no.

Esto ha sido, es y no tengo motivos para pensar que no seguirá siendo así, en las mismas manos, y con la continuidad del mismo proceso.

Votar a Desvuax tiene sus riegos. Pero todos los procesos de cambio, conllevan riesgos. Detrás de Desvaux, tal como lo muestra la lista, hay una pluralidad de voces que tienen diferencias con el actual presidente, y no han tenido oportunidad de opinar.

Todos los que empiezan son inexpertos. Sphan lo fue la primera vez.

Todos los procesos nuevos, requieren de una oportunidad.

Desvaux hizo promesas, como las hizo Sphan hace tres años, que pueden o no cumplirse. Pero que merecen una oportunidad.

Si sale mal, en tres años volveremos a las urnas. Y otra vez, como el próximo sábado, tendremos el privilegio y la obligación, de sostener o modificar nuestro destino.

A votar. Y cuantos más votemos, mayor fortaleza tendrá la próxima gestión.


Descubre más desde CONICHEREP.COM

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Tendencias