Para triunfar en la nueva Argentina, hay que seguir algunos pequeños pasos. No hace falta cumplir con todas las indicaciones, porque no se exigen, pero es conveniente. Madure la decisión, porque algunas decisiones impactarán sobre su vida de una manera directa. Y recuerde: Aunque a veces los tiempos parecen infinitos, tarde o temprano se acaban. Y hay que pagar por lo hecho.

¿ Hay un manual del perfecto militante libertario? No lo sé. Seguramente alguno de los grupos «intelectuales» que rodean al presidente lo haya pensado. Pero como aún no lo publicaron, me animo a hacerlo, sin ánimo de lucrar con ello. Aunque no me negaré a recibir dinero si ellos quieren. Al final, ellos han dispuesto que sólo lo que se traduce a dinero, tiene algún valor.

Pero vayamos al texto, que es lo que importa y a los detalles que cualquier militante libertario, con aspiraciones a funcionario y candidato, debe saber.

  1. No estudie. Las personas que dedican mucho tiempo al conocimiento, tienden a confundirse. Terminan poniendo en dudas algunas verdades, y si algo no podemos permitirnos nunca, es dudar. ¿Y cuales son las verdades? Las que dicta el presidente. ¿ Y si se contradice? La última verdad mata a la primera. ¿ Entiende?
  2. No se detenga nunca ante el dolor ajeno. Todo aquello que suponga emoción, sensibilidad o sentimiento de empatía – vaya palabra despreciable- con los otros, es un síntoma de debilidad. Los hombres libertarios no lloran. Y si le ocurriera, disimule. No hay nada en el mundo que importe más que nuestro gobierno: Todos los que nos recriminan cosas son enemigos, no importa si están en sillón de ruedas, si son ancianos que no tienen medicamentos, cientificos que se van del pais, o se están muriendo de hambre o niños inocentes. Es importante que lo sepamos, para entender el siguiente punto.
  3. No hay ningún límite para la dureza libertaria: Si se mueren niños, ya sea por inanición o por el efecto de los bombardeos, no dude un segundo: es la consecuencia de los efectos del comunismo, el terrorismo islamico o sencillamente del fracaso del populismo. Si necesita una síntesis de todo eso diga: «Eran Kukas». Y con esa frase, ya no habrá necesidad de explicar nada. Sus compañeros celebrarán su ocurrencia.
  4. No ponga límites a sus peores instintos: Acuse a todos los que se oponen al gobierno de «wokes» y recupere el viejo y tradicional lenguaje que la patria nos legó: Vuelva decir «Gordo de mierda» al gordo, «Negra de mierda» a la que tiene piel marrón, y si cabe, nunca se sabe, arroje un «Puto de mierda» a cualquier persona que sea o que se parezca en los modales a un homosexual. No deje de juntar todos los epítetos, si se trata de una mujer lesbiana: Nada es más representativo para un referente del libertarismo que escuchar, por ejemplo, «Gorda y tortillera tenias que ser, Negra de mierda, Kuka». Si el enemigo es un discapacitado, no ahorre en insultos: «Sos down», «Rengo de mierda» incluso, búrlese de esas enfermedades, especialmente con los enfermos de ELA o Cáncer. Algo hicieron para merecerlo.
  5. NUNCA reivindique a un artista, jamás. Los artistas, por naturaleza son sentimentales y creativos. A nosotros, ya lo mencioné, no nos gustan los que la van de pensadores. Mucho menos si terminan haciendo canciones, escribiendo libros, actuando en series o películas, que terminan reivindicando a terroristas u homosexuales extintos. Nunca se adhiera a la afición de un músico, salvo que manifieste su adhesión al movimiento. Si el artista, por ejemplo, hace manifestaciones que puedan afectar el desarrollo de nuestro gobierno, no dude en abrir sus cuentas de X y descalifique. Si no se le ocurre nada, diríjase a las cuentas de Dan o de cualquiera de los súbditos de Santiago Caputo, y retwitee. Al rato se dará cuenta que somos muchos, o que al menos hay muchas cuentas, que enfrentarán al artista y lo pondrán en su lugar.
  6. Los periodistas, en principio, son todos ensobrados. Todos. Las excepciones las indica el presidente, cuando otorga entrevistas. Pero no se descuide. Cualquier periodista, aunque haya denunciado al kirchnerismo, aunque no tenga sospechas de ser un mercenario, lo es. Salvo que el presidente diga lo contrario. A los periodistas, no hay que tenerles piedad, nunca. Ellos se lo merecen, aunque no hayan hecho nada.
  7. El mercado es DIOS, pero si el presidente toma medidas que lo limitan o lo contradicen, NUNCA DUDE: El presidente tiene razón. El es la autoridad intelectual máxima del mundo, sólo por debajo de «El Jefe» que es Karina, y no importa lo que digan los libros, ni las experiencias sobre las medidas que acaban de tomar. Ellos saben lo que hacen, una cosa que nosotros nunca sabremos, porque ya les anticipamos, saber es peligroso.
  8. EL GASTO PÚBLICO ES CACA. Salvo que el presidente decida lo contrario. ¿ Cómo lo diferenciamos? Sencillo: lo que hace el gobierno está bien, lo que no hace el gobierno también. No piense mucho. Si el gobierno decide invertir cinco veces más en inteligencia y persecución de disidentes, que en Escuelas, Hospitales y Ciencia y Técnica, las prioridades son esas. Y punto. Ya sabe: si protestan, repita sin temores: son kukas.
  9. LOS MEDICOS, LOS ENFERMEROS, LOS DOCENTES Y todos aquellos que cumplen funciones en el ESTADO, en principio son ñoquis, hasta que se demuestre lo contrario. Si son ñoquis, son Kukas.
  10. Los Kukas no son sólo los kirchneristas, apréndalo de una vez: Un radical, un militante social, un socialista, incluso los dirigentes del PRO o algunos ex militantes nuestros, expulsados, son Kukas. No lo dude, nunca lo duce. ¿ Que pasa si usted alguna vez cae en desgracia? Bueno, lamento informarle: será Kuka. Una categoría de la que no se moverá, hasta que volvamos a incorporarlo a nuestras fuerzas.
  11. Repita sin temor: La gente vale por lo que tiene. Y si no tiene es porque nunca hizo el esfuerzo de ganarlo. ¿ Que hacemos con aquellos que tienen como consecuencia del delito? Hay que separar bien las aguas: el que lo ganó con inteligencia y sin dejar marcas – narcos, ciberestafadores o simplemente estafadores de la actividad privada o pública- no se consideran delincuentes, sino victimas de la opresión fiscal del Estado. Entonces, y hace mal, usted se preguntará ¿cuales son los otros? Sencillo: los de la casta política. Salvo aquellos que, como Scioli, Bullrich, los indignos del PRO que nos siguen a pesar de las humillaciones, o incluso algunos gremialistas amigos, todos los que viven de la política son corruptos. Menos nosotros, entiendalo.
  12. No se tiente a pensar ningún proyecto propio. usted ocupe la silla que le dimos y limitese a levantar la mano o a responder con ruidos guturales, a las indicaciones del dirigente que le toca. Si por alguna razón, echaran a ese dirigente (el jefe suele remover de sus lugares a menudo y no hace falta pedir ninguna explicación), inmediatamente ese dirigente es Kuka. Y si usted se acerca a él, ya lo sabe.
  13. Si usted sintiera – cosa nunca recomendada- o pensara que algunas de las decisiones que toma el gobierno, lo están empobreciendo o le están quitando derechos, usted debe saber y repetir ante quien intente expresarlo, lo siguiente: «apenas llevamos un año y medio gobernando». Si no alcanzara, se agrega: «Pensá que hubiera pasado si estaba Massa», y si aún así, su interlocutor no cediera, vuelva al punto inicial y diga «Estamos pagando la fiesta de los Kukas, como vos». Y no siga conversando. Los libertarios NO CONVERSAMOS. Y si alguien se pone pesado y lo invita a profundizar los temas, recuerde: Allí introducimos algún grito, por ejemplo: «No hay plata» «Afuera» o sencillamente «Viva la Libertad Carajo» con un tono rayano a la demencia o cualquier desequilibrio de ese tipo. No hace falta decir que eso garpa.
  14. Sea cruel. Con los vivos y con sus muertos. Ah, si no están con nosotros, claro.
  15. Finalmente: Aunque la gente le diga, con malicia, que esto alguna vez se puede terminar, no se acobarde: sepa que las Fuerzas del Cielo nos acompañan, que hemos venido a quedarnos para siempre y que del mismo modo que los perros del presidente, somos ETERNOS.

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