El gobernador Pullaro eligió a sus antecesores Antonio Bonfatti y Omar Perotti, para que lo acompañaran a la audiencia en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se resuelve el reclamo de la provincia ante nación, por una deuda previsional que es equivalente a 1.200 kilómetros de rutas. La foto de los tres, que representa a tres partidos políticos diferentes, es una señal incómoda para los que abogan sólo por la división y el agravio.
Antonio Bonfatti dice que los jueces de la Corte miraron con asombro, cuando los tres entraron a la sala de audiencia. Lo cierto es que los tres gobernadores, sumados a Miguel Lifschitz y Hermes Binner, fueron consecuentes con el reclamo que viene haciendo Santa Fe, por el sistemático retaceo de los fondos por el déficit de la Caja de Jubilaciones que ahora hace la gestión Milei, pero que repite la lógica de las gestiones K y Macrista: No pagar.
Raro ver a tres tipos que piensan distinto, que representan cosas distintas, unidos para reclamar lo que le corresponde a la provincia que gobiernan o gobernaron.
¿ Por qué lo que debería ser normal, se volvió una anomalía?
En el fondo, lo que se está discutiendo es el sistema federal. Y el incumplimiento del mandato constitucional de sancionar una nueva ley que la regule, y que no permita los niveles de discrecionalidad que crece con los años y condiciona el funcionamiento de las provincias.
Y entonces, a vista del fracaso que supone la fragmentación parlamentaria en Argentina. Las dificultades que experimenta la política para llegar a acuerdos mínimos, lo que queda es intentarlo desde un lugar originario: las provincias.
Y las provincias, no son peronistas, radicales, socialistas ni liberales. Son Estados. Y como tales, una continuidad jurídica y financiera, que requiere de respuestas sino definitivas, al menos a mediano plazo.
¿ Cómo se puede hacer? Cómo lo intenta Santa Fe. Con los ex gobernadores, con el actual y con el acompañamiento de los que pueden o serán. Poniendo, aunque suene a frase hecha, los intereses de la provincia por encima de los oportunismos.
La unificación de los reclamos de las provincias, transversal a todos los partidos que representan a sus poblaciones, es la única correlación de fuerzas que puede torcer la voluntad de un gobierno nacional que se desentiende de la salud, la educación, el transporte público, las rutas que usamos y necesitamos las mujeres y los hombres que vivimos fuera del AMBA.
Y esa unidad es posible con gestos comunes como los que mostraron tres hombres que piensan distinto, representan opiniones y modos diferentes sobre la cosa pública.
La institucionalidad y la generosidad, son las forma y la materia de un proceso que se vuelve cada día más urgente.





Deja un comentario