Fue el mismísimo presidente Macri el que abrió el fuego: «El gobierno de Miguel Lifschitz, los Socialistas, no tienen vocación de trabajar en equipo». Lo dijo en una nota a Canal 3 de Rosario, con una convicción lapidaria.
Asombroso: lo dijo justamente del único gobierno efectivamente sostenido por una coalición de partidos que lleva más de 20 años de continuidad ininterrumpida. Con dificultades, claro, pero que no tiene comparación con ninguna otra experiencia en el país.
Lo mismo decía el Kirchnerismo en los años de mayor poder: «Los Socialistas tienen que definir de que lado están». Y aunque les respondían con hechos – respaldos a las leyes con las que coincidían y rechazo a las que no compartían- ellos insistian con la teoría de que tenían que ponerse junto a ellos o sino ,estaban en contra de ellos, sin ninguna gradualidad.
No por compartir el espíritu de la ley de medios ( no sus intenciones finales) había que compartir la Ley anti-terrorista. No por celebrar la AUH o la ley que aniquiló el negocio de las AFJP, debía compartirse la Ley de Blanqueo, o la negación sistemática de la inflación y los gravisimos desaguisados de corrupción que caracterizaron a la gestión K.
Entonces, el Socialismo ( traducción simplista que hace el centralismo político del Frente Progresista Cívico y Social), era el «Narcosocialismo». Lo decían los hombres que compartían el gabinete con Anibal Fernandez, que comandaba el RENAR con los Hermanos Lanatta, o que administraba la circulación de la Efedrina, junto a Graneros. Lo decían los funcionarios del gobierno que liberó las fronteras y sacó a las Fuerzas Federales de las Rutas Nacionales, de los Puertos y los territorios con pistas clandestinas, lo que multiplicó por siete, en doce años, el nivel de tráfico y producción de drogas, en todo el país.
O lo acusaban de ser socios del PRO, mientras era el PRO, con las peores nutrientes de los 90, como Carlos Reutemann o Juan Carlos Mercier, con la máscara de Miguel Torres del Sel al frente , los que se aprovechaban del desgaste que generaba la constante des-calificación Kirchnerista, para intentar quedarse con la Gobernación de la Provincia.
Pocas cosas fueron más funcionales a la posibilidad de que el noventismo regresara a la Casa Gris, como la decisión del Peronismo en su conjunto, de apoyar a Omar Perotti en nombre del «modelo». Hoy Perotti es un franco colaborador del PRO en el Senado, con los votos de «La Cámpora»y sus vertientes militantes.
Pero era, y es, el «Socialismo» el que tenía doble discurso.
Ahora es el secretario de Interior, Sebastián García De Luca, el que aseguró que las autoridades socialistas dicen una cosa «en persona y otra a los medios». No termina de explicar que cosas dicen y que otras cosas no dicen por dentro o por fuera de las charlas personales.
Lo que queda claro es que por fuera, el gobernador se ha mostrado siempre, dispuesto al dialogo. Que aún recibiendo desaires presidenciales como el ocurrido en plena emergencia, cuando subió al Gobernador de Entre Ríos a su Helicóptero, y al intendente de Santa Fe, sin invitarlo al mandatario santafesino, para sobrevolar el Norte de ambas provincias; nunca respondió con agravios o descalificaciones. Sino todo lo contrario.
Incómodo con las afirmaciones de los propios dirigentes de su Partido, fue el gobernador el que les explicó a todos en un encuentro en Luz y Fuerza de la capital provincial que «había que dejar las diferencias de lado por un rato. Que se trataba de gestionar y gobernar para la gente, y que ya habría tiempo, en el futuro, para dirimir las diferencias»
El Gobernador mejor que nadie, sabe que no hay salida a la crisis sin un trabajo conjunto. Pero no confunde trabajo conjunto con coincidencias ideológicas. Ni Trabajo en equipo con sumisión de la provincia al Gobierno Nacional.
El Socialismo- y a esto lo repiten todos los dirigentes de la Rosa- reconoce que el Macrismo ha generado espacios de dialogo. Que son recibidos- una diferencia muy clara con el Kirchnerismo, que por ejemplo, jamás recibió al gobernador Bonfatti durante su gestión en Casa Rosada- y que los Ministros de Macri, los escuchan.
Ahora: una cosa es que los escuchen, y otra muy distinta es que les respondan a los requerimientos. Basta repasar lo acontecido con la Emergencia Hídrica, que dejó pérdidas por más de (lease bien) 2 mil millones de dólares en el territorio provincial, y que la Nación, en forma directa, apenas destinó ( lease otra vez bien, número y moneda) 55 millones de pesos, para paliarla.
Una cosa similar ocurre con la Seguridad. El bautismo del «trabajo en equipo» que pregona y reclama el presidente, fue apenas unos dias después de la asunción de ambos a sus cargos. Cuando los » Los tres prófugos del triple crimen»acabaron su huída en Santa Fe, y las Fuerzas Federales encabezadas por la Ministra Bullrich, ni siquiera le avisaron al Ministro Pullaro de lo que sucedía en su territorio.
No hace falta recordar el papelón de los Gendarmes peleandose entre ellos, ni los anuncios oficiales sobre detenciones, ni las «operaciones» de Carrió, imputando falsamente con un video a la Policia de la Provincia, por haberlos dejado «escapar», no sin imputarle a «Bonfatti la responsabilidad por los vinculos con la policia del narcotráfico(sic)». Nunca se disculparon, ni difundieron el «Informe» que habían prometido.
Fue finalmente la Policia de Santa Fe, a caballo, y lejos de donde buscaba la «inteligencia» nacional, quienes atraparon a los prófugos.
¿ Y que decir de los reclamos por la deuda que Santa Fe ganó, junto a San Luis y Córdoba, en la Corte Suprema de Justicia, por las ilegítimas detracciones que hacía la gestión K a la cooparticipación?
Apenas asumió la gestión nacional, se comprometieron en 180 dias a establecer un modo de cancelación de la deuda, que es – con intereses- cercana a los 50 mil millones de pesos. Pasaron esos dias, y aún Santa Fe no sabe ni cuando ni cuanto quiere pagar la gestión Macri.
El reclamo no es a Macri. Es al gobierno que gestiona el Estado. Y que tiene, como se cansaron de repetir en campaña, que honrar las decisiones judiciales.
Entonces, el doble discurso es del Socialismo.
Claro. El socialismo no acompaña el tarifazo, no comparte el nuevo blanqueo, no acepta la liberación de las importaciones, porque las consecuencias son las que ya conocemos: un perjuicio absoluto a la pequeña y mediana empresa, a la clase media y a los sectores más necesitados, que siguen siendo carcomidos por la inflación que prometieron frenar en pocos meses, y aún hoy, ni siquiera han conseguido desacelerar.
Claro. Es el Socialismo el que tiene doble discurso, porque sus ministros ( muchos de ellos radicales, pero para Macri parecen no serlo) reclaman que el Banco Nación acelere las ayudas a los productores, o piden comprensión con los aumentos para determinados sectores, o lisa y llanamente reclaman medidas que no profundicen la pobreza, que el PRO- Cambiemos prometió llevar a «Cero», en su campaña.
En síntesis. El socialismo ( y Todos los integrantes con convicciones del Frente Progresista) que han conseguido, llevar el Presupuesto educativo y de salud a los más altos niveles de la historia, que planifica obras por miles de millones, que ha gobernado 8 años y medio sin mayorias en las cámaras legislativas, que despliega programas sociales sin antecedentes, como el ABRE, el PLAN DEL NORTE, que ha regularizado la situación laboral y salarial de miles y miles de docentes, o que le devolvió la dignidad a los trabajadores públicos, es el que tiene doble discurso.
Evidentemente, o confunden el «Doble discurso» con la coherencia, o con la independencia, o con la defensa de los intereses de la provincia que gobierna el Frente Progresista; o efectivamente, la «nueva política» de Cambiemos repite las fórmulas de disciplinamiento del Kirchnerismo.
¿ Quien tiene entonces doble discurso?
Cabria preguntarse, a la inversa, si no cumplir con las sentencias judiciales, o ajustar salvajemente a quienes les prometieron la «revolución de la alegría», o Blanquear alegremente a los evasores, cuando se cansaron de criticar al Blanqueo Kirchnerista, o distribuir dinero entre las provincias Kirchneristas – Tucuman, Formosa, Entre Rios o Misiones- a cambio de votos en el senado; o peor, concentrar la ayuda de obras en un 70 % en los territorios que gobierna CAMBIEMOS, es o no doble discurso.
Se habían acabado los tiempos de los blancos y negros, de la antinomia amigos enemigos, que tanto daño generó con el Kirchnerismo en el poder. Pero parece que no tanto.
¿ quien tiene doble discurso entonces? Los que dicen y hacen lo que dicen que van a hacer ¿ o los que hacen todo lo contrario a lo que prometieron ?
Por las dudas, apunten al Socialismo. Molestó al Kirchnerismo, y ahora molesta al Macrismo. Evidentemente, son los culpables.
Q buena nota. Me siento identificado xq los k dejaron muchas buenas cosas y el socialismo apoyo. Y es el mismo socialismo q critica y tiene disenso con el gobierno de macri.
excelente artículo, creo que éste es el espíritu de la ley de medios, qu estén todas las voces, muchas gracias por la info (y los recuerdos) !
Puro bla bla bla …. Por inmolarse en los principios se hicieron los opositores y después mandaron a votar a la reaccionaria derecha y son obsecuentes hace 7 meses con el ajuste soslayando errores que plr el contrario sin un claro plan perfectamente pergeniado o resolvieron plata para quemar los valores y votar al pro o son tan ingenuos como inhoperantes al comerse el verso que serían buenos … Son buitres muchachos no se hagan los boludos o los desentendidos sólo les interesa inmolarse en el principismo tenían doscientas coincidencias con los K y buscaban pelearse por giladas como el acuerdo con iran … Pero con el PRO fueron como locos y ahora justifican hasta la represión de la dictadura diciendo si los K robaban no critiquen dejen gobernar digo dejenlos chorear que carajo son socialistas o lobls disfrazados e ovejas
Gracias por el comentario. No lo comparto , pero lo respeto. El PS nunca apoyó al PRO, y si, como dice la nota, se opuso a muchas políticas del Kirchnerismo. No es el caso de algunos sectores de la UCR. Se trata de entender que no hay dos bandos en Argentina, que pueden existir otras expresiones. Se acabó la bipolaridad, o al menos lo intentaremos
Excelente articulo con una visión muy amplia y realista de lo que el Frente debe afrontar, ayer con el K. y hoy con el Macrismo-
Me emociono. Ojala poder empoderar y construir una alternativa real de gobierno que le permita a la poblacion o a aquellos que creemos que la politica no es ni blanco ni negro, sino que debe ampliar mayorias para un proyecto que genere dignidad en la sociedad. Ojala..saludos.
Excelente, Coni. ¡Felicitaciones! Como comenté en mi facebook -en el momento de compartir este artículo-: «pensar que siempre sostuve que Jano era «afiliado» al Peronismo; otrora, tal vez… Ahora ya sabemos que cambió de afiliación y no pasó, precisamente, a las filas del Socialismo.
RECORDEMOS QUE CABALLERO SE PASÓ DEL SOCIALISMO AL FRENTE PARA LA VICTORIA, Y ÉL FUE EL QUE HIZO CABEZA DE PLAYA CON EL SOCIALISMO EN ROSARIO.
Cavallero se fue con Menem en el 90… un poco viejo el dato ese. Si, fue Menemista, y luego FPV
Totalmente de acuerdo