Los medios se pasan el día hablando de violencia. Y en el mismo paquete entra todo: el crimen, el delito, la justicia por mano propia, el femicidio, los suicidios, los robos, los arrebatos, la policía honesta, la corrupta, los provinciales, los federales, el narcotráfico grande, el menudeo, los fiscales honestos y los que sospechamos que no , los jueces honestos, los que calientan la silla , los funcionarios aptos, los ineptos. Los culpables, los inocentes. Las víctimas y los victimarios. Los reclamos sociales. Los protocolos que se juran y no se aplican.
Los medios, y la gente alimentada por los medios viven en una inmensa nube de violencia que no termina de distinguir una cosa de la otra, y que en el afán de reclamar soluciones urgentes, con buena o mala fe, generan más confusión.
La violencia está instalada en Argentina, en todos lados. Y eso es la consecuencia de varias cosas; entre otras tantas, del quiebre de credibilidad de buena parte de la gente en las instituciones. La violencia significa impotencia tambien, y esa impotencia es explosión contenida y que revienta. En la puteada callejera entre los conductores de autos, los ciclistas, los que van en moto. En el barrio por la basura. En la escuela por el Bullyng. En la cancha por el dominio de un metro. En los barrios por el dominio del territorio de los soldaditos narcos. En la necesidad del que afana para comer. En la indolencia del que mata sólo para robar. Del que mata, y no siente nada al matar, aunque sea para llevarse un celular.
La violencia no es delito necesariamente. Pero todos los delitos que sufre la gente en la calle, en sus domicilios, los balazos que suenan en las noches, son violencia.
Y si asumimos eso, y aún aceptando que es el Estado con la Policia, los fiscales, los jueces y el Servicio Penitenciario, el primero que debe asumir esa responsabilidad,; y aún sabiendo que será la Escuela, la igualdad de oportunidades, el trabajo digno, la economía justa, la que sembrará una solución utópica y definitiva al problema, vale preguntarse: ¿ y nosotros que hacemos con la violencia?
Las radios se han llenado de especialistas en seguridad a los que si le preguntás cual es la solución, no harán más que trastabillar. ¿ Por que? porque no hay caso en el mundo que haya resuelto estas cosas con métodos represivos. Y porque si no comprendemos que tenemos que acompañar un proceso cultural, profundo, dificil, casi heroico , de transformación social ( lease: igualar y contener); no vamos hacia otra cosa que no sea una profundización del problema.
¿ que hacemos cada uno de nosotros para apagar el fuego?
La sociedad necesita del Estado, si. Pero también de millones de voluntarios anónimos que entiendan que hay que pacificar, además de pedir represión o una solución mágica de hoy para mañana.
De Periodistas que distingan entre un robo y un crimen. Que discriminen situaciones. Que entiendan en cualquier lugar del mundo hay asaltos a carnicerias, pero no homicidos por un celular.
Periodistas que no le abran la puerta a cualquier reflexión simplista, que termine enervando (aún más) a una sociedad que está contaminada de violencia.
Hay ejemplos claros: Padres de hijos asesinados que nos enseñan con calma y participación, que el camino también es la calma y la serenidad en el reclamo.
La propia marcha de Rosario, que fue pacífica y cuidadosa, y que interpeló a todos..
La solidaridad de quienes no sufren las consecuencias con quienes si la sufren.
La deferencia de acompañar a todos, y no sólo al que se nos parece
El dirigente que no se aprovecha del dolor colectivo para sacar provecho de las circunstancias pensando en elecciones y no en soluciones
La grandeza de los funcionarios que no especulan con las jurisdicciones ni eluden sus responsabilidades
No alimentemos el morbo. No igualemos las situaciones. No busquemos títulos que agraven la situación, que vacien las calles, que sólo cuenten todo lo malo , y casi nada de lo poco o mucho bueno que ocurre.
¿ Que hacés vos? ¿ que hago yo ?¿ que hacemos nosotros cotidianamente para no profundizar esta sensación de sin salida que se nos instaló en la vida?
Está bien: Es la policía, son los gendarmes, los fiscales, los ministros, los jueces, los gobernadores, los intendentes y todos los que tienen el Estado a cargo hoy.
Pero también nosotros.
Mirémonos un ratito, quizás algo podamos hacer,que hoy no estamos viendo.
La violencia se puede bajar com educación, salud y trabajo