Tiene la característica de mirar a los ojos cuando habla. Parece una tontería, pero no mucha gente sostiene la mirada cuando habla. Por ahí prefiero empezar
Antonio Bonfatti fue calumniado ayer en PPT : Lanata Y su ejército de ejecutores públicos, no tuvieron empacho en dejar caer sobre su nombre y su historia un balde de barro, sin importarles nada la verdadera historia.
«Se moviliza en autos blindados, y permanece en silencio en su casa» dice la periodista en la puerta de la casa de Bonfatti. La misma casa que habita hace treinta años. La misma casa donde entraron diez o doce balazos de los veintiuno que le ejecutaron aquel atardecer del 11 de octubre de 2013, mientras él miraba un partido de la selección Argentina, y Silvia, su esposa, estaba parada en la cocina.
Las balas pasaron a centímetros de la cabeza de Silvia. Antonio demoró unos segundos en entender que pasaba. Y se tiró al suelo.
Por el frente de su casa habían pasado dos motos, aparentemente- contaron los vecinos- con cuatro encapuchados y vaciaron sus cargadores sobre la vivienda. Pudieron matarlos. Tiraron sin discriminar las consecuencias.
Era el gobernador de la Provincia, y hasta entonces, en su casa no había guardia los fines de semana, por decisión propia.
Y hasta ese día, el vecino Antonio, iba a la verduleria a pie. Hacía las compras en el Super sobre Alberdi, y salía a pasear a sus perros, como todos los vecinos. Por eso lo quieren todos sus vecinos. Porque nunca cambió de vida. Y porque hasta ese día, su condición de Ministro, Diputado, o Gobernador, no había cambiado nada en su manera de ser ni de tratar al semejante. De mirarlos a los ojos cuando escucha. De responder con calma. Con la calma que su condición de médico le enseñó a tener.
Hasta ese día su casa era el refugio que le daba paz en medio de sus obligaciones, con su pequeño taller de carpintero en el fondo, y su devoción por las plantas.
Aquellas balas invadieron su refugio inesperadamente.
Por esos días, su gobierno había avanzado en decisiones riesgosas. Movimientos en la policia y una avanzada sobre algunos kioscos de droga en Rosario, habían provocado serias amenazas al ministro Lamberto y al juez que ordenó los allanamientos de los bunkers, y que permitió la detención de varios de los cabecillas de esas bandas.
Nunca se había llegado a este punto de agresión directa y, por si fuera poco, al más alto funcionario de la provincia
La periodista, rosarina, parece no recordar aquel tormento. Y dice sin cuidado alguno que «está sospechado de haber financiado su campaña por el Narcotráfico». Lanata asiente y derrama una teoría sobre la complicidad o el temor, y las razones por las que el ex gobernador no acusó a sus atacantes. A los que nunca vio. A los que nunca pudo ver, porque- suponen ellos- es tan cobarde y cómplice de sus atacantes, que no salió a la puerta en plena balacera para asomarse e identificar a los verdugos.
Bonfatti fue victima de una atentado. Y fue víctima porque sus decisiones afectaron seriamente los intereses de la Banda de narcotráfico más importante que tuvo Rosario en su historia, y que se fue desarmando- a muerte pura entre ellos- a detenciones por delitos comunes ( que es lo que puede hacer la justicia y la policía provincial).
Bonfatti, dos años después ganó las elecciones por una diferencia fenomenal de votos y fue electo diputado provincial. Pudo haber elegido el apoltronado sillón del Senado nacional o una Diputación. Pero eligió quedarse en la provincia, y finalmente es, desde hace nueve meses, el Presidente de la Cámara de Diputados. ¿ Cómo se puede decir, entonces, que vive en silencio y encerrado?
Gobernó la provincia, inéditamente desde el retorno a la democracia con las dos cámaras en contra- y la gobernó. Avanzando sobre asuntos que la coyuntura tapa todos los días, pero lo hizo apostando a su mejor habilidad: el díalogo.
Soportó con hidalguía el ninguneo del Kirchnerismo. Que no sólo le armó una monstruosa operación con su Jefe de Policia en el comienzo de su mandato, sino que NUNCA- lease bien- NUNCA fue recibido en audiencia por la Presidenta de la Nación.
Eso si, Agustín Rossi y el Cuervo Larroque se le burlaron acusandolo de «Narcosocialista» a los gritos en el Congreso.
Esos dos no miran a los ojos. Como Lanata. No miran a los ojos, y no pueden explicar sus patrimonios.
Bonfatti mira a los ojos. Por eso, en las Cámaras todos lo respetan. Es muy raro escuchar hablar mal de Antonio. Así en la Cámara, como en Casa Gris, como en el barrio.
No tiene causas penales abiertas. No fue denunciado nunca por corrupción.
No tiene cuentas en Panamá ni en Seychelles
No es dueño de ninguna cadena de hoteles
No tiene acciones en ninguna petrolera
No es dueño de ninguna fábrica, ni industria, ni Sanatorio.
Nadie lo menciona en ningún negocio de obra pública
No se quedó con canales de TV, ni es dueño de ningún diario
Sus declaraciones juradas coinciden con sus ingresos anuales
No usa Audi ni BMW, nunca aceptó – ni Binner ni Lifschitz tampoco- que el gobierno comprara autos importados para sus traslados.
No tiene mansiones en ninguna playa de veraneo.
No conoce Miami
Sin embrago, hay canallas que se animan a decirle a él que «fue financiado por el narcotráfico», que no quiso acusar a sus verdugos, o mentir diciendo que vive escondido y en autos blindados.
Descarados. No son capaces de mirarlo a la cara.
A ver si se bancan su mirada.
Porque Antonio mira a los ojos cuando escucha y habla.
Exelente Coni, todos los que creemos que el ex gobernador ahora diputado es lo mejor en materia polìtica que ha dado nuestra sociedad en los ùltimos años deberìamos poner nuestro granito de arena en favor de èl y tantos otros del gobierno provincial que van por el mismo camino, hasta el mercenario Lanata aclarò que conoce a varios funcionarios del gobierno provincial y da fe de su honestidad…no es poco. metamos garra todos, redes sociales, charla con amigos o conocidos, etc…sino estos cràpulas se llevan puesto todo.
Felicitaciones dr.Bonfatti por la calidad de persona , por la honestidad ,por seguir mirando a los ojos .Un abrazo grande .
Es cierto a todos lo que lo conocemos personalmente y sabemos de su sencillez y hombría de bien nos duele este agravio. Los argentinos estamos acostumbrados a tener políticos corruptos y cuando tenemos la dicha de tener un gobernador como fue Bonfatti, no debemos permitir que se mienta y se ensucie su nombre. Fuerza Antonio y Silvia.
Antonio es una muestra más de lo que significa ser Socialista!!!
Gracias por este hermoso texto, dejando bien en claro quien esel Dr, Bonfatti, que hablen los canallas, envidiosos y resentidos. Los rosarinos de verdad, apreciamos el gobierno que tenemos, los cobardes se esconden y hablan, dejarlos, el tiempo dirá la verdad.