Es la interpretación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Tres votos a dos, fallo dividido, fallo raro, fallo generoso para las comodidades de los genocidas que cumplen condenas por los delitos  de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

¿Debemos discutir, nosotros, los legos, los fundamentos técnicos del fallo? ¿ es el ciudadano común el que debe interpretar si el derecho internacional funciona en modo superior al derecho nacional? ¿ debemos discutir si la ley más benigna se aplica en los casos de Lesa Humanidad? NO. No es esa nuestra discusión. Esa discusión había quedado saldada por la propia Corte hace apenas unos años. Incluso con votos que ahora revirtieron la posición. No se trata de derecho, se trata de una posición política frente al tema.

Los militares y civiles condenados por los delitos cometidos desde el Estado, en uso ilegal de la fuerza legítima. Violando todas las garantias y derechos de las victimas. Mataron en la oscuridad, desparecieron los cuerpos, los enterraron en fosas comunes, los lanzaron vivos desde los «vuelos de la muerte», los detuvieron en centros clandestinos donde los torturaron, donde violaron a las mujeres detenidas ilegalmente, donde se apropiaron de los niños que nacian en cautiverio. Ponian la picana en las vaginas de las mujeres embarazadas.

Nada de eso fue la consecuencia de la psicopatía de los autores individuales. Fue un plan sistemático de desaparición de personas. Fue un mecanismo aprendido en la Escuela de las Américas que en nuestro país se ejecutó de forma alevosa, con aspectos más terroríficos que en Chile y Uruguay.

La decisión de la Corte no es jurídica, es política. Y es compartida con el imaginario  del actual gobierno nacional. Un gobierno que desprecia a la memoria y relativiza aquellos hechos que marcaron a fuego y para siempre, la historia de nuestro país.

Y nada de justificaciones:  que reclamar que los genocidas permanezcan en prisión no es negarle derechos. A diferencia de sus victimas, tuvieron juicios públicos, derecho a defensa y vigencia de cada una de las garantias constitucionales.

Y nada de comparaciones:  Que la memoria recortada de algunos justificadores de la violencia setentista, no implica que se deba aplicar ninguna regla que nos invite a asimilar las cosas. Los militares y civiles que fueron procesados y condenados, lo hicieron por delitos de lesa humanidad. Y no prescriben. Y su prisión debe ser, un mensaje de definitivo ejemplo para quienes alguna vez sueñen con el intento de volver a tomar el poder por la fuerza.

El 2 x 1 para los Genocidas , los tres votos de los miembros de la Corte, y cada argumento que debilite la gravedad de lo ocurrido significa debilitar la memoria y la justicia. Fortalece al pensamiento mesíanico que apuesta por la relativización de las instituciones democráticas, y fundamentalmente, vuelve a violar los derechos de las victimas.

Pinten como quieran los argumentos : La decisión de la Corte huele a pacto, y contrariamente a los argumentos republicanos, también hiere la credibilidad sobre la independencia de los poderes.

2×1, no va a quedar ninguno en prisión, y cumplirán sus años  que les queden de condenas en la comodidad de sus hogares. Eso, aquí y en la luna, se llama Libertad.

Eso es darles libertad a los genocidas.

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