Suelen ser muy jóvenes. Acaban de leer dos libros, escucharon un par de bandas anarquistas punks, les contaron algunas leyendas y encima, quizás eso sea lo peor, viven en un mundo hostil que los alimenta de odio.
Te miran con desprecio y están convencidos de que no entendes nada. Que son dueños de la verdad, y esa verdad es tan sencilla para ellos que si alcanzás a comprender lo que ellos dicen, inmediatamente sos el enemigo. Y al enemigo, ni justicia. Dicen, convencidos.
Suelen llevar remeras antisistema, compradas en Ferias Hippies, que suelen tener una etiqueta con la insignia «Made in Taiwan». Y no lo saben. En algunos casos ni siquiera saben que es Taiwan, y cual es la manera de explotación atroz con la que se producen esas remeras.
Te miran con desprecio, repito. Detrás de barbas y pelos uniformes que pretenden imitar a los looks setentistas. Llevan el pelo largo o las cabezas rapadas, como si fuera un desafío a la opresión y creen, pobres, que su accionar los acerca a una sociedad más justa.
El bobo útil suele parecerse mucho al prototipo estético de lo que la media de una sociedad rechaza. Si. Ellos lo saben, y lo disfrutan. ¿ Por que disfruta que aquellos con los que debe contar, con los que debe coincidir para construir un cambio en serio, lo desprecie?
Suelen tener lecturas míticas y parciales de hechos históricos. Leyeron las partes heroicas de sus referentes, pero evitan preguntarse por qué fracasaron.
La lógica de ellos es: el capitalismo es opresivo, por eso hay que combatir al opresor. El opresor es el capitalista. El capitalista es el logo del Yanqui con barba y galera. El capitalista es el hombre malo que se lleva las ganancias que le corresponden a los trabajadores. Los trabajadores son una masa dormida e ignorante que está esperando al hombre libre e iluminado que les indiquen el camino. El camino es la la revolución. La revolución es, el triunfo del hombre libre llevado en andas por las masas de obreros que despertaron. Y el triunfo será el socialismo económico.
No importa que eso no exista ni haya existido. No importa que las únicas experiencias anticapitalistas se hayan convertido todas, sin excepción, en dictaduras brutales que acabaron no sólo con la vida de millones de mujeres y hombres, sino que además los empobrecieron.
Si cualquiera de ellos se atreviera a pegarle un piedrazo a un policía chino, cubano, angolés o venezolano o peor, desafiara a las fuerzas de seguridad iraníes, moriría al instante. No tendría ni siquiera la chance de decir una sola palabra. Sería fusilado. Y moriría en el silencio de la opresión. No habría medios que lo denunciara, ni marchas que reclamaran esclarecimiento, ni juicios orales televisados, ni cadenas de facebook reclamando por él.
El bobo útil juega al extremo. Se eterniza en una foto con pañuelos tapando su cara, mostrando sus tatuajes del Che en el brazo izquierdo , tirando la bomba molotov, la piedra, rompiendo la valla. Y cree, pobre, que está haciendo algo para cambiar el mundo.
Y por el contrario, termina fortaleciendo al que combate. Porque les regala la voluntad popular. Porque profundiza el desprecio con el que los mira la señora de clase media que odia a la violencia callejera. Porque termina ofreciendo la justificación social a la represión desatada de las fuerzas de seguridad.
No entienden, que la única manera de acceder al poder, al menos la que elige la mayoría de la sociedad, es a través de la voluntad popular. Del voto
Que la única manera de acceder a espacios de decisión es sumando voluntades, no espantando al semejante.
Que si de verdad creen en una sociedad más justa, lo primero que deben hacer es respetar al semejante. Al laburante, al asalariado, al tipo que llega tarde a su trabajo cuando ellos cortan. A los enfermos que no llegan a los hospitales a tiempo cuando cortan una ruta.
Que Macri y todo aquello que ellos odian, lo miran por televisión, desde un helicóptero. Que no lo molestan. No le hacen ningún daño. No le generan ningún perjuicio. Sino que lo celebran a gritos. Y que con un cuenta ganado en la mano, escuchan de los Duran Barba frases como :» qué bueno, que buen trabajo hacen estos tipos para nosotros, y encima gratis»
El bobo útil es un personaje antipático. Y lo sabe
Tanto que cuando hay elecciones, con suerte, sus candidatos alcanzan el 5 % de las voluntades.
Lo del lunes, rodeando a policías inertes, apedreando , prendiendo fuego, rompiendo una plaza, monumentos, fue el ejemplo perfecto. Un momento de consagración definitiva del bobo útil.
Pero no importa. El cree que está iniciando la revolución. Lo divierte la idea. Lo hace sentir bien.
Mientras tanto el mundo se vuelve cada vez más difícil. Y nada de lo que sueña, pobre, está mas cerca.
Impecable.