«Quedate tranquilo porque hiciste lo que hay que hacer y te vamos a ayudar a resolver tu situación» dijo el Presidente de la Nación mientras recibía, abrazaba y felicitaba a un Policía de la bonaerense que está procesado por haber asesinado por la espalda a un delincuente que escapaba desarmado. Si, si. La Justicia lo procesó a Luis Chocobar porque entendió que actuó con excesiva violencia y disparó tres veces por la espalda, hasta acabar con la vida de un maleante que huía de la escena donde había intentado robar y posiblemente matar a un turista.
«El agente Chocobar arriesgó su vida para defender a un ciudadano extranjero. Y un juez lo quiere acusar de exceso en la legítima defensa con homicidio culposo, que pueden ser hasta 5 años de prisión. Esto es un mensaje a las fuerzas de seguridad de que hagan su trabajo»
Apenas 24 horas después del agasajo, se hace público un video de lo acontecido en el momento de los balazos y todos nos preguntamos: ¿ Macri y Bulrrich,sabían lo que había ocurrido? Y Si lo sabían…¿ pueden decir con tanta ligereza que se trata del cumplimiento de un deber? ¿ pueden «apretar» a la justicia públicamente como lo hacen, y además, tomar posición a favor del procesado, anticipando que «le van a resolver la situación»?
Si lo que pasó, pasó por desinformación, la cosa podría leerse apenas como un intento de sacarle provecho político a un asunto que «simplifica » el asunto de la seguridad y sobre todo, guiña un ojo a las fuerzas policiales que suelen ser muy maltratadas, a veces con razón, por la opinión pública.
Pero si lo que pasó, es consecuencia de la convicción del gobierno de que lo hecho por Chocobar es correcto, y además lo ratifica con sus procedimientos de aliento a todo aquello que «de bien en las encuestas», estaríamos asistiendo a dos o tres acciones presidenciales que despejan dudas sobre su modo de ver las cosas: su valoración sobre la vida humana, su indisimulable idea de que puede «resolver» la situación de un particular por encima del poder Judicial, y algo más: que no está mal matar por la espalda. De hecho ya había ocurrido en noviembre pasado, cuando la Prefectura baleó a Rafael Nahuel de 20 años en una manifestación mapuche en Rio Negro.
Pero lo más grave es el mensaje social: » hay que matar a los delicuentes». Un mensaje que cuenta, claro, con un fuerte respaldo de los sectores sociales hartos de la violencia y la inseguridad, un mensaje que «choca» con los presuntos excesos de las políticas «garantistas» de «defensa de los derechos humanos de los delincuentes» que se le imputa al «Kirchnerismo Zaffaroniano» y que resulta cómodo, a la hora de pensar en una solución para uno de nuestros principales problemas: » a la violencia, más violencia»
Va de suyo que el discurso de Macri está basado, como casi todo, en lo que le dictan las encuestas. Y no es admisible que ese sea el único alimento que utilice un gobierno a la hora de resolver o planificar políticas públicas. Mucho menos si de lo que se trata es de la vida o la muerte de un ciudadano. Sea o no un delincuente.
¿ Que piensa hacer Macri, si un día las encuestas dicen que hay que sancionar la pena de muerte? ¿ y si a la gente, que sólo mira a través de sus sensaciones y situaciones particulares, se les ocurre que hay que bajar el gasto público, cerrando el Congreso o interviendo a las provincias que no «colaboran» con la gestión? ¿ Y si los sondeos de opinión dicen que la gente quiere que se cuelguen a los jueces que toman decisiones equivocadas en una plaza pública? ¿ y si las encuestas dicen que hay que dejar de gastar plata en subsidios a los negros que no trabajan? En fin.
Macri, asoma tal como muchos lo imaginábamos. Amigo de la represión, enemigo de las complejidades sociales, y especialmente superficial a la hora de afrontar de lleno los principales problemas de fondo del país. Así viene manejando la economía, sin resultados. Así viene manejando las relaciones institucionales con aquellos que no comparten sus políticas, y así, deja pasar situaciones vergonzosas como las ocurridas alrededor del Ministro Triaca.
Porque lo dicen las encuestas, ojo. Que para Macri, tranquilamente, pueden reemplazar el ejercicio de la voluntad popular. ¿ no?