Al menos 350 telegramas llegaron ayer, si ayer, cuando el país entero estaba pendiente del partido Argentina- Nigeria, a domicilios de trabajadores de Telam: La agencia pública de noticias del Estado Argentino.

Los argumentos del responsable político de todos los medios nacionales, Hernán Lombardi, son «que la agencia está superpoblada de militantes kirchneristas y que la decisión se enmarca en dos cuestiones: una «re-estructuración del funcionamiento sustentado en la necesidad de bajar el gasto público»  y explícitamente, «los 82 paros realizados por el personal durante estos dos años de gestión»

Para Lombardi, y para el gobierno en general, Telam es – supuestamente- un refugio opositor y el despido de los 354 trabajadores es, además de un ajuste, una manifiesta persecución a quienes no comulgan con las políticas de la gestión.

Los años promedios de los despidos desmienten a Lombardi. Ayer llegaron telegramas a trabajadores con 8, 15, 20 y hasta 25 años de antiguedad en la Agencia. O sea: son periodistas que trabajaban en la Agencia incluso antes de la asunción del gobierno Kirchnerista. Y si son Kirchneristas, comunistas, maoistas o son simplemente opositores a las políticas económicas del Macrismo, no puede  ser nunca  una razón para desplazar de su puesto de trabajo a nadie. Eso, aquí o en cualquier parte del mundo democrático se llama: persecución política y discriminación ideológica.

Y si esos trabajadores eran «ñoquis» o representaban un gasto excepcional para la Agencia, lo que debió hacer Lombardi era despedirlos con causa, apenas arribó a la Jefatura de Medios, porque sino es la confesión de su propia incapacidad y de su complicidad con el mal gasto de los recursos públicos. Y en su caso, debería acompañar los telegramas de despidos, con su propia renuncia por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Dos años permitió Lombardi que se gastaran  recursos públicos de manera «innecesaria». De lo contrario está mintiendo y ratifica lo que todos sospechamos: el gobierno está cazando brujas en el Estado y está disciplinando a los trabajadores con un mensaje muy claro: » o estás conmigo o te mando el telegrama».

Hacerlo en la oportunidad de distracción que se hizo es perverso. Y hacerlo, por los motivos que se arguyen, mucho más.

Telam es, el único espacio de comunicación pública con impacto sobre el resto de los medios de comunicación del país. Es la herramienta de información del Estado- no de un gobierno- que permite emitir información y distribuirla en forma inmediata a todas las redacciones de todos los medios de manera instantánea.

Contrariamente a las televisoras y radios públicas, cuyas existencias sí están siendo discutidas en todo el mundo – especialmente la televisión que va en claro camino descendente de consumo, por diversos factores – las agencias de noticias públicas vienen siendo fortalecidas por todos los Estados del mundo desarrollado y sus funciones, como en Argentina, se fueron multiplicando.

Las agencias de Noticias como Telam -Agence France-Presse en Francia, EFE en España, Reuters en Gran Bretaña, Deutsche Presse-Agentur (DPA)  en Alemania, ANSA en Italia, Associated Press en Estados Unidos, Notimex en México, Xinhua en China, o la más reciente Al- Jazzera en Catar- lejos de ir mermando en sus servicios, se han convertido en la actualidad en las principales fuentes de servicios  multimedias – incluso obteniendo ganancias importantes que permiten su auto financiamiento y garantizando – en la medida que lo permitan los modelos de  gobiernos- una información pública segura y equilibrada.

¿ Puede Argentina prescindir de TELAM? No. Ni tampoco Telam puede ser un refugio de empleados públicos sin calificación. Pero eso debió resolverse apenas asumió el gobierno Mauricio Macri y no dos años y medio después, sin otra excusa que el achique  del gasto público y aún peor, descalificando a los despedidos por su orientación política.

Los despidos en Telam son graves porque además de suponer que lo estatal debe responder a lo partidario,  produceun debilitamiento en su funcionamiento y la pérdida de calidad en un servicio elemental que presta el Estado Argentino.

Si se quiere informar mejor, no hay muchas vueltas: se necesitan fotógrafos, periodistas, camarógrafos, editores de web, editores de texto y si, periodistas. Tantos como hagan falta para cubrir adecuadamente lo que ocurre en todo el país, para informárselo a la población y para que lo sepa el mundo.

Nunca, en ningún lugar del planeta, eso queda a merced de las posibilidades del empresariado de medios privados.  Ellos si, juegan con las reglas del mercado y pueden disponer de sus herramientas según les convenga, pero nunca el Estado.

Cómo la Justicia, la educación, la salud y la seguridad, la información pública debe ser garantizada por el estado y la garantía nunca puede pasar por una virtual decisión de desmantelar  la Agencia.

Lo de Telam es una clara amenaza a la libertad de prensa en el país, y esencialmente, una clara demostración del valor que tiene la información pública, para el gobierno nacional.

Un valor menor, una mercancía. Desprovista de mirada crítica y pasible de ser reemplazada por las demandas del mercado.

 

 

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