Yo estoy a favor de la legalización de la interrupción del embarazo. Pero el diputado que yo voté, y que me representaba en las últimas elecciones, votó en contra.Sin embargo él, Luis Contigiani, me sigue representando en un montón de temas vinculados con la realidad.
El Papa Francisco, dice Vertbisky, quiere que Cristina Fernandez de Kirchner sea la candidata de la oposición. El Papa tiene en el país, por ser argentino, «voceros» que lo van traduciendo. Uno de ellos es Juan Grabois. Grabois es un dirigente social «progresista», pero dice que está en contra de la legalización del aborto. Como el Papa, que dice que la aprobación de la ley sería un «genocidio» como el nazi.
Lo mismo dice un médico llamado Abel Albino, que no sólo se opone a la ley porque implica «matar niños», sino que se atreve a desmentir a la ciencia diciendo que los profilácticos no nos protegen del SIDA.O aún peor, asegura que los homosexuales son enfermos mentales.
Abel Albino tiene una fundación – CONIN- que recibe millonarios subsidios del Estado para combatir la desnutrición infantíl. La «noble» tarea de la fundación, está financiada también por algunas empresas lacteas multinacionales. En sus alocuciones Albino suele recomendar el uso ( y su fundación la compra) de una leche maternizada para sustituir el amamantamiento. Albino hace negocios en nombre de nobles objetivos. Y en eso colabora el gobierno nacional de manera estructural.
Albino es amigo del Papa y es Macrista. El Papa era amigo de Macri hasta que se votó el matrimonio igualitario y Mauricio se manifestó a favor. Nestor odiaba a Bergoglio, al punto de plantarlo en los tedeums patrios. El Papa después se hizo Kicherista.
La iglesia, la de este y todos los Papas, se opone al aborto, cómo Albino, pero protegen a los abusadores sexuales. Uno de ellos, el Padre Grassi. Otro católico que recibía fortunas del estado para sostener una ONG que combatía la desnutrición infantil.
El gobierno que, paradójicamente, a diferencia del Kirchnerismo movió las piezas para que se avance en la discusión sobre el aborto. Un gobierno que tiene en su ministro de Salud, Adolfo Rubistein, un extraordinario fundamentador a favor de la sanción de la ley.
El Pro, al igual que los radicales, los peronistas en distintas vertientes, la izquierda y otros partidos que no se me vienen a la cabeza ahora, aportó votos y voces muy interesantes en el debate, una de ellas cerró el debate en diputados y su discurso será recordado por la historia: Silvia Lospenatto.
Lospenatto tiene, lo dijo en su discurso, un grupo de Whatshapp al que denominaron «Las Sororas», con Viki Donda y varias diputadas más. Y en el actual debate en el senado, lo agregaron al Senador Pichetto. Pichetto, el senador ex- K que más incordio genera en el Kirchnerismo.
Cristina, la que según Vertbisky, va a ser la «Candidata del Papa», se supone que votará a favor de la ley despenalización del Aborto. Aunque ella está en contra, tal como lo manifestó muchas veces, y nunca promovió la discusión de la ley , con mayoría en ambas cámaras durante seis años. Votaría a favor por el «clamor» de su militancia. Una militancia que incluye a Luis Delía. Un Dirigente social que no tiene empacho en asegurar que al presidente, habría que fusilarlo en Plaza de Mayo. Una cosa parecida a la que han dicho otros militantes del sector como Hebe de Bonafini, o con modos menos agresivos, dirigentes sindicales como el docente bonaerense, Roberto Baradel.
Y aunque Baradel cometa exabruptos tales cómo » hay que echarlo a este gobierno y reinstaurar un gobierno nacional y popular», no deja de tener razón: los docentes en la Provincia de Buenos Aires cada día cobran menos y sus sueldos son carcomidos por la inflación. Una inflación que, según dicen los funcionarios del gobierno nacional, entre los que se destaca la gobernadora Maria Eugenia Vidal, es la mera consecuencia de una «tormenta» que se funda, casi exclusivamente en factores externos al gobierno. En particular a factores internacionales y a la «maldita herencia recibida».
La mayoría de los argentinos votaron por Macri y Vidal, hace más de dos años, para terminar con una manera poco transparente de administar los asuntos públicos. Pero Macri tiene cuentas bancarias no declaradas en el exterior, varios de sus ministros también, y la gobernadora acaba de ser «descubierta» con un manejo manifiestamente deshonesto de obtener recursos para su última campaña electoral. No sólo inventaron aportantes que no aportaron, sino que el 90 % de los aportes se hicieron en efectivo, lo que hace imposible seguir la ruta del dinero, que, todos suponemos, pudo venir del erario público.
Una cosa que no espantó ni a la mismísima lider del honestismo nacional, Elisa Carrió. Una mujer que, amen de sus dislates recurrentes, supo crear una carrera sobre la base de denunciar la corrupción de los gobiernos anteriores, pero no la del propio.
Carrió, que además, votó en contra del aborto- porque dice que favorece el derecho de pernada- y amenazó públicamente con romper Cambiemos si avanzaban con la ley. Paradójicamente, feligresa fanática del catolicismo, se opone al Papa. Al que acusa, con algo de razón, que quiere que CFK vuelva al poder.
Y guarda silencio respecto a la decisión del Presidente de «reformular» las funciones de las Fuerzas Armadas. Una reformulación que deja la puerta abierta para que- eventualmente y en el nombre del combate al narcotráfico- puedan intervenir en la seguridad interna. Una función que no podrían cumplir porque violaría la Ley de Defensa de la Democracia que sancionó Alfonsín en 1986. Pero que, otra paradoja, debilitó la Ley antiterrorista que promocionó, votó y promulgó la ex presidenta Fernandez de Kirchner. La lider de los principales voceros del rechazo a la reforma de Macri en Seguridad. Esos que, en su momento guardaron silencio con la ley antiterrorista y se bancaron en la Fuerza a un procesado por genocidio, el general Cesar Milani.
Milani fue miembro de la última dictadura militar. La misma que, en San Luis, contaba con el actual gobernador Alberto Rodriguez Saa, como «buchón» de Massera. Al que le mandaba cartas sugiriendo a quienes debian desaparecer en esa provincia. Algunos desaparecieron. Sin embargo, la lider de las abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto- una figura emblemática de la lucha y la honestidad en Argentina- lo visita y lo elogia. Y cuando le recuerdan aquellas misivas al tenebroso Massera, sugiere que «todos cometemos errores y tenemos derecho a arrepentirnos».
Errores que el Kirchnerismo no estuvo dispuesto a perdonar a nadie que se le opusiera en su momento, por ejemplo a la inobjetable Magdalena Ruiz Guiñazú- miembro de la CONADEP que investigó a los militares cuando todos estaban vivitos, coleando y con poder- que fue «enjuiciada por el pueblo» y su figura escupida en la Plaza de Mayo.
En fin… podriamos seguir durante horas encontrando paradojas en un país que mientras lo hacemos, sigue hundiendose en el estiercol de la reiteración de fórmulas económicas que todos sabemos, nos conducen una vez más-como tantas veces en nuestra historia- a promover niveles de desigualdad cada vez mayores. Todo en nombre del sagrado «Déficit Fiscal», ese que vamos a pagar los sectores medios que vamos a dejar de cobrar asignaciones familiares, mientras los empresarios poderosos no pagan ingresos brutos Y el campo , que ganó un 45 % de su rentabilidad en dos meses gracias a la devaluación del peso, se niega a hacer un mínimo aporte adicional.
Los seres humanos, solos o en conjunto, tenemos contradicciones, claro. Lo curioso es que los argentinos tenemos demasiadas. Tantas que a veces resulta imposible armar un esquema visible de quienes están de un lado y quienes de otro, mientras nos insisten con que hay «dos paises» enfrentados. ¿ cuales?
Los dos se parecen, se cruzan mucho unos con otros, y en general abrevan sobre las mismas aguas en las que perjuran nunca mojarse.
¿ Vos estás seguro que sos lo que decís que sos? Fijate un poco quienes hablan por vos, qué dicen , que hacen y que votan tus representantes.
Eso, dice más de ellos que de vos. O no, habla de vos y de tus contradicciones. Que no son las mismas que las de ellos. Ellos no necesariamente representan lo que dicen representar. Ni persiguen los mismos intereses que vos.