El intendente de Santa Fe sabe desde hace un buen tiempo que su objetivo principal es imposible. Sin embargo, persigue un Plan B: Que sus votos le impidan el triunfo al Frente Progresista. Relaciones carnales con los Rossi, y coincidencias notables con Omar Perotti. «Si no gano, que mis votos sirvan para que el Frente pierda», dijo en mesa muy chica.

A José Corral lo persigue una convicción: que todo el esfuerzo que hizo durante estos últimos dos años no caiga al vacío y se desperdicie en nada que finalmente lo favorezca. Por eso ya se urde el Plan B, que en Casa Rosada, un sector- especialmente el encabezado por el Jefe de Gabinete Marcos Peña- también denominan el «Plan P».

El vínculo estrecho José Corral con Agustín Rossi, a través de las relaciones empresarias y políticas con su hermano Alejandro, dueño de la mayor parte del Transporte Público de la ciudad de Santa Fe y con el que mantuvo una relación repleta de coincidencias desde que Corral llegó al despacho de Calle Salta, funciona como el vehículo principal de un «acuerdo bajo soga»

En una reunión de mesa chica, Corral dijo sin pestañar: «Si mis votos no sirven para ganar la gobernación, que al menos sirvan para asegurar la derrota del Frente Progresista». Un testigo directo de la afirmación, asegura que el intendente sigue creyendo en un triunfo personal en las próximas elecciones de junio, aunque todas las encuestas- incluso las propias, claro- le demuestren que su sueño es imposible. Sin embargo, frente a la hipótesis de una derrota asegura que el mejor escenario es el triunfo de Perotti.

Si los resultados fueran tal como los empiezan a plantear la mayoría de los relevamientos, sería el fin político de Corral: no sólo habrá perdido el único espacio de poder que sostenía su sector- la Municipalidad de Santa Fe- sino que vería como su esfuerzo por dividir al Frente Progresista, no le daría ningún resultado. Una eventual victoria de Bonfatti, sumada a las casi seguras de Javkin en Rosario y Jatón en la Capital, lo pondrían en el centro de todas las responsabilidades de la derrota, y en un punto de no retorno. Ni siquiera a la UNL, donde ya empezaron a reprocharle los efectos devastadores que le ocasionó a la Casa, sus juegos estrictamente personales.

Con una relación estrecha con Marcos Peña, pero con una cada vez más fria con Rogelio Frigerio, Corral ya urde su futuro político: el resultado menos malo para sus ambiciones, es la derrota del Frente Progresista. Un premio consuelo para llevar a la Casa Rosada, donde los vínculos con Miguel Lifschitz están prácticamente rotos, y donde la figura del candidato del Frente Progresista es leído, como la peor de todas las opciones.

A 15 días de ir a las urnas, la polarización entre Bonfatti y Perotti se vuelve cada vez más clara. Los votos de Corral suben y bajan en los sondeos siempre por debajo del 16 por ciento, variando hasta llegar a 11 puntos en algunas de ellas. La consolidación de ese voto, unido por el discurso exclusivo y excluyente de la seguridad, es de interés capital para el PJ, y para Omar Perotti en particular.

Los vínculos estrechos y públicos de Corral con Agustín Rossi a través de su hermano Alejandro, que sigue explotando la mayoría del servicio público de colectivos de la capital, sin que se llamara a licitación durante los siete años y medio de la gestión de Corral, son el espacio natural de acuerdos.

» El futuro personal de Corral no tiene ningún peligro, puede dedicarse a tomar mates por años, está salvado» dicen algunos correligionarios enojados. «Su problema hoy es político. Le entregó al PRO todos los cargos, hasta los concejales de su ciudad. En diputados provinciales, le salvó las papas a Galdeano y a su amigo Bosacarol, pero dejó casi sin banca a leales históricos como Hugo Marcucci. Firmó un acuerdo para no disputar los primeros cuatro lugares en las listas de diputados nacionales en octubre. A sus compañeros los deja sin nada» coincide otro radical, esta vez más cercano pero también furioso.

«Si no gana, a José lo único que le queda es que sus votos le sirvan a Perotti para ganar. Omar le garantiza una salida política, si gana el Frente es un fiambre, sin retorno.» concluye el mismo dirigente. En marcha un Plan B, o P: Corral llegará al 16 con una consigna alternativa a sus convicciones de triunfo. Y sus relaciones carnales, se lo garantizan.

Anexo : Luego de escribir esta nota, me llegó la foto y la información de que el decano de la Facultad de Ciencias Juridicas y Sociales de la UNL, el limitado abogado Javier Aga, invitó a Omar Perotti a participar de una charla para ingresantes a la casa.

La invitación se da en plena campaña general y con una clara intención electoralista

Perotti, lo dijimos arriba, es el preferido de Corral y su sector, en la polarización que se profundiza de cara al 16 de junio.

El hecho casi no admite explicaciones. Aga es un soldado incondicional de Corral. Sólo eso explica su lugar en el decanato. Y este hecho lo ratifica.

Perotti en la Sala Alberdi esta semana, invitado por el decano radical cambiemista Javier Aga
Un comentario en «Corral y el «si no gano, que pierdan»»
  1. Así de malo el hombrecito. ..SI NO GANO NO JUEGO MÁS. ..Y ME LLEVO LA PELOTA…Triste reconocer la propia derrota, pero peor es la falta de ética política. El juego de la democracia se ha manchado con acciones como la de estos malos perdedores.

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