
Yo tuve la suerte de nacer heterosexual. Nadie se burló de mi en la infancia. Nadie me sometió a la burla. Nadie trató de curarme. Nadie se avergonzó de mi, ni sentí nunca el temor de que se avergonzaran .
Tuve la inmensa fortuna de no tener que salir a mostrar mi orgullo, sencillamente porque mi sexualidad fue celebrada. Porque mi debut sexual fue un acontecimiento que pude conversar con mis amigos. Porque no tuve que andar simulando el amor. Ni me humillaron jamás por estar enamorado.
Nunca, nadie, me dijo: las personas como vos me dan asco. Ni me dijeron enfermo por amar.
Nunca, sufrí el tormento del temor a que mis padres , o mis hermanas, o mis amigos, me negaran. O me escondieran. O no me miraran, para no ver lo que no querian mirar.
No tuve el infortunio de tener que esperar la muerte de alguien para poder decir en libertad que soy lo que soy.
Ni experimenté la demolición interna de la represión. Ni la externa, por darme un beso en la calle.Por ir tomado de la mano de mi pareja.
Nunca me dijeron «puto de mierda», «marica» «Trolo» «comilón». Ni me vi obligado al encierro. Ni sentí culpa por desear.
Nunca sufrí las «cosas de putos». Y al revés, más de una vez, seguramente participé de algún agravio colectivo. Y lastimé a alguien sin advertirlo.
Y me llené de prejuicios. Y reproduje los prejuicios que acumularon mis antecesores.
Nunca, jamás. Los heterosexuales sentimos la necesidad de decir que estamos orgullosos de serlo, porque nunca nadie, jamás, nos puso en duda las razones de ese orgullo.
Porque nunca tuvimos que escaparnos. Ni los nazis fusilaron a hombres y mujeres por ser heterosexuales.
Ni sufrimos la ausencia de derechos. Ni nos negaron nunca el derecho a casarnos. Ni nos impidieron jamás decir que somos hombres, o mujeres.
Ni nos acusaron de ser «peligrosos» para criar a niños.
Y hay que ser muy hombre para decir que se es gay.
Y muy mujer para declararse lesbiana.
Y muy mujer para sentirse mujer dentro del cuerpo del hombre, y transformarse. Y salir a la calle, con orgullo.
Cuando hoy, todavía escucho a personas decir:
¿ Por qué ellos tienen un dia del orgullo y nosotros, los heterosexuales no?
Me repito una y mil veces: Más que nunca, defendamos las «cosas de putos».
Porque los persiguieron, y vienen hordas de pañuelos e insignias a volver a hacerlo.
Hoy, un Papa dice que los homosexuales son enfermos.
Hoy, escucho a dirigentes políticos elegidos por el pueblo decir que la sociedad está en decadencia por el avance de la ideología de género y el homosexualismo.
Hoy, Vox gana en España. Amalia Granata saca el 20 % de los votos en mi provincia. Hoy, la ultraderecha gobierna Brasil, y Bolsonaro dice que no aceptaría que su hijo fuera homosexual.
Hoy, matan a los gays en Medio Oriente.
Hoy, muchos de mis amigos siguen pensando que la homosexualidad, se puede evitar. Que es culpa de la «crianza».
Es mentira que la guerra por la igualdad está ganada. Es mentira que todos nos sentimos iguales. Es mentira, porque sigo viendo a la gente burlarse de los chicos amanerados. Porque sigo viendo a la gente cuchichear sobre los modos y las maneras de comportarse de las mujeres «machonas». Porque sigo viendo – y alguna vez confesé que sintiendo- miedo a que nuestros hijos puedan ser homosexuales.
Es una cosa de putos, si. Más que nunca una cosa de putos que nos compromete a todos. Por ellos, por ellas, por elles, y por todos aquellas almas que siguen escondiéndose para amar. Por aquellos que sufren sólo por ser. Por aquellos que siguen sintiendo miedo.
Hoy es el dia del orgullo. Más que nunca, siempre.
Una sola cosita Coni, no tuviste la suerte de NACER HETEROSEXUAL, Naciste y en todo caso tuviste la suerte de elegir ser HETERO, sólo eso…NO NACEMOS…NOS HACEMOS!! Abrazo!
“Nos hacemos”?? Pf! Cuando decidiste sobre tu deseo?