Nadie dijo que sea fácil. Y nadie le quita gravedad a lo que está ocurriendo en Santa Fe y Rosario con la violencia, con las acciones criminales de las bandas de narcotráfico. Nadie desconoce que hay bolsones de corrupción en la Policía de Santa Fe. Nadie , con un poco de responsabilidad, puede desconocer que ese asunto sigue siendo la gran deuda de la política santafesina. Negar eso es desconocer la realidad.

Pero deformarlo, manipularlo mediaticamente e instalar falsedades, no sólo no contribuye a la solución, sino que lo agrava. O al menos abre las puertas a un profundización de esos procesos. La Seguridad Pública, no es una ficha para jugar en la mesa de las políticas menores. La muerte de decenas de personas, nunca pueden ser usadas como herramientas de competencia electoral, ni como chicanas para sacar ventajas al adversario. Quien juega con eso, cae en ejercicio de una temeraria irresponsabilidad. Sobre todo si quien lo practica es el máximo responsable estatal en la materia.

En los últimos cincuenta días, en Santa Fe hemos asistido paralelamente a dos situaciones graves: Por un lado, el recrudecimiento del crimen, y de las situaciones de violencia. Por el otro, el discurso venal y desproporcionado de un Ministro de Seguridad, que en lugar de buscar soluciones a los problemas, ha decidido usarlos discursivamente como materia de combate contra el adversario político. Y ambas cosas a la vez, si continúan en la línea del tiempo, pueden ocasionar un desastre. Y ese desastre, se lleva más vidas.

La necesidad de declarar una «Emergencia» en Seguridad, se complica no sólo porque Perotti pretende atarla a otras leyes que no ha justificado, sino porque debe ser aprobada por los opositores que cuentan con mayoría casi absoluta en la Cámara de Diputados.

Y mientras algunos hacen el esfuerzo por acercar posiciones, Saín no para de dinamitar los puentes: Mientras el miércoles el Presidente de la Cámara de Diputados convocaba a la mayoría de los legisladores para manifestar «voluntad de colaboración», el jueves en Reconquista el Ministro volaba por los aires todos los avances, diciendo que » la Policía de Santa Fe es comparable a la de Uganda», o «Que hay un pacto bipartidario de complicidad con el delito» e insistiendo con la lógica de culpar por todo lo acontecido a la gestión anterior.

Saín no parece entender que necesita acuerdos para poder avanzar, y elige seguir tirando patadas, sin precisar nombres, ni puntualizar acusaciones.

HECHOS, PALABRAS Y ACCIONES DEL MINISTRO ( Y DEL GOBERNADOR)

El propio gobernador Omar Perotti empezó el juego el día de su asunción: en una ceremonia que se desarrollaba con normalidad, eligió su discurso inaugural para arrojar una generalidad :» se acabó el tiempo de la complicidad del estado con el delito». Nunca formuló una denuncia pública. Nunca puntualizó a quien o a quienes se refería. En boca del mandatario, el asunto es grave.

A las pocas horas su Ministro de Seguridad , Marcelo Saín, presentó los lineamientos gruesos de su programa, e insistió con la tesis de la complicidad. En este caso, apuntó contra la policía genéricamente. Y más : ante la indecisión en la designación de los nuevos jefes policiales de las unidades regionales, y como consecuencia de la molestia que muchos de ellos manifestaron por la falta de comunicación, salió con los tapones de punta e hizo público un mensaje de WhatSapp dirigido al entonces Jefe de la Unidad II, con cabecera en Rosario, al que le aseguro que «si no cumplía las órdenes, la cosa se iba a poner picante». El Jefe fue destituido a las 24 horas. Y su sucesor, removido 7 días después.

La remoción de 30 jefes policiales fue anunciado como «una purga nunca vista» según el diputado aliado incondicional de Saín, Carlos Del Frade. El mensaje a la sociedad,fue que esas remociones implicaban sospechas sobre los policías pasados a retiro. A la fecha, no hay una sola causa administrativa ni penal abierta por la nueva gestión contra los «azules» pasados a retiro.

Todo se agravó cuando un grupo de periodistas, claramente alineados con la «Lógica Saín», instaló local y nacionalmente la teoría de la «Narcopolicía», como principal causal de los acontecimientos. La asociación de la ola de crímenes a la presunta «colaboración» policial, generó mayor malestar en las fuerzas: La generalización molesta. Sobre todo cuando en la Provincia de Santa Fe, en los últimos cuatro años, fueron pasados a disponibilidad más de 1000 agentes policiales, y muchos de ellos, más de 30, fueron condenados en causas vinculadas al narcotráfico. Nadie discute la existencia de ese vinculo, pero hay que ser un poco más precisos para acusar. El piedrazo en el charco, salpica a muchos inocentes. Y no sólo es injusto. Sino que provoca quiebres anímicos, donde no se pueden provocar.

La muerte de un joven que perseguía a dos motochorros en Rafaela, provocó una movilización popular frente al Ministerio Público de esa ciudad y terminó en la casa del propio gobernador. Algunos pocos arrojaron piedras. El Ministro Saín arrojó conclusiones rápidamente y acusó al ex gobernador Miguel Lifschitz y al ex diputado Rubén Galassi, ambos socialistas, de «haber participado en la organización de los hechos». Nunca se presentó ante Fiscalía. Nunca probó la afirmación, y nunca, al menos hasta hoy, mostró públicamente los elementos que, según dijo, lo llevaron a semejante afirmación.

Al otro día, la marcha fue más grande aún.

Rosario y Santa Fe se convirtieron en escenarios criminales agudizados. En Rosario hubo 20 asesinatos en los primeros 19 días del años. Un número muy alto, si se lo compara con las estadísticas criminales de los años anteriores, que con altibajos, muestran una clara línea descendente.

El crimen que desató el espanto- especialmente en los medios porteños- fue la balacera al espacio de fumadores del Casino de Rosario. Las escuchas determinaron claramente que la acción fue ordenada por el ex jefe de Los Monos- preso Federal- «Guille» Canteros, a través de una comunicación telefónica, con el objetivo de «advertir» al o los dueños del Casino, por el presunto incumplimiento de un acuerdo. Sin embrago, la lógica Saín, prefirió ir contra un ex Jefe Policial saliente, a quien se lo acusó de mantener un lejano parentesco- no probado- con el homicida apuntado. No se hizo hincapié en el grave descuido federal que significa permitirle a Canteros tener las comodidades en Buenos Aires, para ejecutar órdenes, ni se investigan «las causas del acuerdo», entre la Banda criminal y el emporio del Juego rosarino. Una empresa de un tal Cristóbal López.

Pero Rosario sufrió mucho más que ese crimen emblemático, y todos apuntan a la «reaparición» de las bandas, en virtud de la «liberación» de ciertos espacios públicos, que venian siendo controlados. La propia policía informó que «no tienen órdenes operativas para Rosario», y se detectó que como consecuencia de esa falta de lineamientos, se redujo desde la asunción de Marcelo Saín, de 160 a 50 el número de patrulleros activos en la ciudad. Una inexplicable contradicción, que según el propio Jefe de la Policia Provincial, Victor Sarnaglia, se justifica porque “La mitad de los vehículos asignados en Rosario están destinados a puntos de custodia”, por orden del Ministerio Público de la Acusación (MPA). “Hay que repensar esta situación porque la Policía no puede entrar en una desobediencia judicial, esto está ordenado por un fiscal”, remarcó.

Tampoco quedó claro cuál será el aporte de Fuerzas Federales que llegaron o llegarán, o nunca llegarán a la provincia a colaborar con el Ministerio. Nadie discute la unidad de línea con el gobierno nacional, pero tampoco de la boca de los funcionarios nacionales, salió un número de agentes disponibles para Santa Fe, ni se precisó si quienes estarán disponibles son los que ya están, o si vendrán nuevos.

Las nuevas políticas implantadas desde la Jefatura policial, como por ejemplo la decisión de «ahorrarle un paso al policía» en el uso de las armas, ya provocó un incidente en una comisaría de Rosario. No terminó en homicidio culposo por milímetros. La respuesta fue una descalificación general a todos los policías formados en los últimos años en la Escuela Provincial, que siguen esperando designaciones.

Nadie entiende bien hacia donde va Saín. Nadie discute su formación ni sus antecedentes.Nadie discute su idoneidad para ocupar la cartera que ocupa.

El problema es su accionar político. Un tema que no sólo provoca reacciones en la oposición, y aleja los acuerdos que necesita para avanzar, sino que ya empieza a despertar incomodidades dentro de la propia gestión provincial. Ayer un Ministro de alto rango de Omar Perotti, le expresaba a un legislador de la oposición su preocupación: «Yo doy dos pasos, y el me empuja tres atrás. Si esto sigue así, Omar tendrá que elegir entre él y yo, o nosotros».

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