Curioso. Enero pareció interminable. De eso se encargaron los memes, esa manera nueva de sintetizar sensaciones. Pero también lo sintieron los cuerpos y los bolsillos. Enero fue eterno. Y en Santa Fe más largo aún. La parálisis del estado lo estiró más aún, y la tensión política entre el oficialismo y todas las oposiciones, aún más.

Pero el tiempo es inexorable, las agujas corren sin que existan todavía remedios para eso, y ya es febrero. Y cuando decimos febrero, decimos comienzo de mes, decimos mes corto, decimos últimos días antes del ciclo lectivo, decimos que el pescado está sin vender, y que si el pescado no se vende, y no se congela adecuadamente, corre el riesgo de pudrirse.

Es una metáfora, claro. Pero sirve.

El gobernador Perotti, después de casi dos meses de serlo, y con el handicap – que otros gobernadores no tuvieron- de seis meses de virtual preparación, sigue poniendo a su propia gestión, a sus promesas, y al funcionamiento regular del estado, a merced de la sanción de una ley, o dos, o tres, dependiendo de lo que vaya resignando en los encuentros con los bloques opositores.

Lo inexplicable, al menos para muchos, es por qué demoró tanto tiempo en acceder al camino del diálogo.

Por qué permitió semejante escalada de agresividad contra la oposición, y en particular contra el ex gobernar Lisfchitz y su ex Ministro, Maximiliano Pullaro.

A casi dos meses, no tenemos una sola denuncia concreta sobre las acusaciones genéricas. No tenemos una conclusión sobre los resultados que supuestamente iba a arrojar la intervención a la EPE, no hay datos sobre la supuesta Auditoria de la AGN.

O sea, en dos meses, lo único que tuvimos fue parálisis de actividades y confrontación. Y nada, absolutamente nada que se le parezca al anuncio de un plan de gobierno.

Todo, repito, todo lo que Perotti prometió en campaña está ausente de la agenda, y aparece solamente como reclamo ante los legisladores, que hasta ayer, no habian sido ni siquiera convocados a conversar.

La cuestion es que los días pasan, el freezer de enero se apagó, y ahora vendrá la realidad.

Una realidad que incluirá, ni más ni menos que las discusiones paritarias.

Ahi quedarán expuestos, ya de manera definitiva, los dirigentes sindicales que nuclean a los trabajadores del Estado.

Ojalá Febrero despabile el sueño del Gigante dormido. Muy dormido.

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