Es cierto que estaba anunciado, pero todos supusimos que iba a ser «ad honorem». Omar Perotti es, junto a los de Bolsonaro y Piñeira, uno de los tres únicos mandatarios del mundo que se quedó sin Ministro de Salud en medio de la Pandemia. Es, obviamente, el único gobernador del país que cambió de caballo en medio del río. Lo que no se entiende, y costará entender, es por qué le dió al ex ministro, una asesoría con rango de Secretario de Estado, mientras los empleados públicos santafesinos no reciben aumentos desde diciembre, con una paritaria suspendida.
La gestión de Omar Perotti no deja de sorprendernos. Mientras una encuesta nacional lo ubica como uno de los gobernadores con peor imagen del país, y su gestión no tiene todavía ningún lineamiento genuino, por afuera de la Pandemia y Vicentín, se empecina en tomar determinaciones polémicas.
Tras la designación de Ana Pamela Suárez cómo Secretaria Administrativa del Ministerio de Salud, ahora decidió nombrar al Ministro saliente de Salud, Carlos Parola, como asesor con jerarquía de SECRETARIO DE ESTADO para cumplir funciones en el gabinete provincial.
El decreto, que lleva el número 524, no determina precisiones sobre la actividades que va a cumplir en su nuevas funciones. LO QUE SI SE ESTABLECE ES EL SALARIO: 214.000 PESOS MENSUALES. Los que le corresponden por su jerarquía. Por encima de los 250 mil pesos, si les sumamos las cargas y los descuentos patronales.
LAS INCONGRUENCIAS Y LAS PREGUNTAS QUE SURGEN
¿ Por qué Parola se queda en la gestión, sino pudo continuar con sus tareas como Ministro, y renunció en plena Pandemia, justo cuando nadie puede ni debe renunciar? No lo sabemos. Con la excepción de razones de estricto orden personal- un problema de salud o alguna situación de gravedad familiar- que no circuló nunca como versión, nadie sabe con exactitud cuáles fueron las verdaderas razones de su salida del gabinete. Todo parece indicar que el Guillerminense no se sentía cómodo con la conformación de su equipo de trabajo, y por los límites presupuestarios que le imponía el Ministerio de Economía, no le permitian trabajar con el esquema que necesitaba.
Sin embargo en el medio, Parola cumplió con una promesa de campaña: la que le había hecho Perotti a sus financistas. Y entonces firmó, junto al gobernador, una muy confusa licitación por 25 millones de pesos por los seguros de los trabajadores precarizados de su Ministerio. Y entonces, Sancor Seguros se quedó con el millonario seguro, en el que no compulsaron ninguna de las empresas de renombre nacional expertas en la materia. Muchas de ellas, se enteraron por los diarios después de que se otorgó y las que compitieron, no tenían ninguna chance de competir con Sancor.
Parola fue miembro de Sancor durante muchos años, y su cercanía con la empresa es de público conocimiento.
Sin embargo, Parola renunció. Y una publicación del sitio LaPoliticaOnline reveló una sospecha que se grita en los pasillos de Casa Gris, pero sobre todo en Rafaela y en Rosario: Parola quedó encerrado en la pelea de dos colosos de la salud privada que quieren recibir las gentilezas que merecen por el apoyo en campaña a Perotti.
Según el Portal, «la disputa por el manejo de un presupuesto millonario, que se incrementó notoriamente con la propagación del covid-19 puso en pie de guerra, por un lado al Grupo Oroño, del rosarino Roberto Villavicencio y por el otro, al Grupo Tita, del rafaelino Carlos Tita, ambos con fuertes lazos con el poder local» Carlos Parola fue, dicen, la carta de Tita para ocupar el Ministerio y Perotti debió hacer todos los esfuerzos para convencer al médico para que vuelva a la gestión pública. Hasta diciembre, había ocupado la dirección general del Sanatorio Allende de Córdoba, uno de los más importantes de la provincia mediterránea. Luego de garantizarse ciertas condiciones, aceptó ponerse al frente de la cartera sanitaria. Al final, la aventura duró seis meses y el hombre de San Guillermo renunció por segunda vez a la cartera, tal como lo había hecho en la gestión de Carlos Reutemann, tras una dura pelea con Juan Carlos Mercier.
En cualquier caso, como ocurre sistemáticamente con Saín, surge la pregunta: ¿ Qué silencio está pagando Perotti con esta designación? Nadie lo sabe, pero la continuidad de Parola se parece mucho a eso: un sueldo a cambio de algo. Llamase favor, llámese silencio. Nadie lo sabe. Parolas, sobran en el mundo de la medicina pública en Santa Fe. No parece que su capacidad- cuestionada durante los dos primeros meses de la Pandemia- sean el verdadero motivo de la continuidad.
Lo que nadie discute, es que Parola se fue. Y que con una diferencia de dias, volvió para quedarse con un sueldo casi similar al que tenía como Ministro, para cumplir confusas funciones en la administración del rafaelino.
Mientras Parola se va a llevar 214 mil pesos de bolsillo mensuales a su casa, en las plazas de la Provincia los empleados públicos de Santa Fe, incluyendo a los del Ministerio de Salud donde muchos todavía no cobraron los bonos que les prometieron por la Pandemia. Y los maestros tienen que hacer petitorios en internet para que Amsafe convoque a una asamblea. UPCN Y ATE, claro, siguen trabajando de ministerios.
Los números de la última encuesta de gobernadores de todo el país empiezan a desnudar el escenario más cruel: Perotti continúa tomando decisiones inexplicables, permanece indolente frente a las cuestiones sociales más urgentes, y su imágen cae sin detención. Ni su irrupción en el escenario Vicentín le dió un respiro.Los resultados de su intervención en el conflicto tiene el mismo tenor que la gestión: nada.
Hace falta otro hermes binner los de ahora son delincuentes de la salud nada mas