
Ni Frente progresista, ni Juntos por el Cambio. Radicales, Socialistas, casi todo el PRO, el PDP y algunos partidos más chicos, avanzan en un acuerdo de cara a las elecciones de gobernador en 2023. Con un Maximiliano Pullaro lanzado y en crecimiento, los otros sectores del radicalismo dudan en armar alternativas. El Socialismo espera la decisión del intendente de Rosario, Pablo Javkin, mientras Clara García empezó a recorrer la provincia. En el PRO admiten que, salvo una decisión muy improbable de Miguel del Sel, serán vagón de cola de las candidaturas radicales.
El «espanto» por el acuerdo por el pago de la deuda que el Estado Nacional mantiene con la Provincia de Santa Fe, generó una foto que hace un par de meses parecía imposible conseguir. La decisión de «ceder» el 1,9% de la coparticipación al gobierno de Alberto Fernández fue la guinda del postre: Ya nadie niega que el acuerdo está cerca, y que los grandes bloques opositores de Santa Fe conformarán un Frente único para ganarle la próxima gobernación al peronismo.
La UCR picó en punta y esperan poner al primer radical en el Sillón del Brigadier, desde el retorno a la democracia en 1983. Sin duda alguna, el ex ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz, Maximiliano Pullaro, avanzó varios casilleros y se posiciona como la gran apuesta del radicalismo y algunos sectores del PRO, con los que constituyeron alianza en las internas del JXC en las legislativas de 2021. Los otros sectores, especialmente el que conduce Julián Galdeano y tiene como figura central a Carolina Losada, esperan el movimiento de las fichas nacionales y empiezan a conversar con calma, las posibilidades de un radicalismo unido alrededor de la figura de Pullaro.
El socialismo anticipó los tiempos y ya no será «en diciembre» el anuncio. La inmensa mayoría de sus representantes ya reconocen en voz baja que «estarán adentro» del nuevo armado, y las dudas que mantienen, tienen que ver con las decisiones de ir a una mega interna con un (o una) candidato propio o aceptar por primera vez en muchos años, ser parte de un armado que los incluya sin tener a un socialista en la conducción.
En el PRO se caen las resistencias al armado que incluye a socialistas y algunas figuras. El diputado Gabriel Chumpitaz reacomodó algunas fichas y se posiciona como el referente de la voluntad de la mayoría dentro del partido, incluso contra la voluntad de Federico Angelini. El ejemplo más claro lo da la Diputada Nacional Gisela Scaglia, que, en sintonía con Chumpitaz, reclama públicamente la unidad de la oposición.
Los partidos «chicos» comenzaron a dar señales de acompañamiento: desde el PDP, pasando por las expresiones nacidas en el debate del aborto, y utilizan las visitas nacionales, como la de Miguel Pichetto, van expresando conformidad con la idea de consolidar un Frente opositor único
Desde la Coalición Cívica, buscan la manera de retroceder en las posiciones marcadas por Carrió en su último y ruidoso paso por la provincia.
RADICALES A PURA MÁQUINA

Si algo marcó el comienzo de una nueva etapa, fue la elección del senador Felipe Michling como presidente del Comité Provincial de la UCR. El hombre de San Cristóbal se ha convertido en el jefe del armado opositor, y organiza reuniones – algunas públicas y otras no- en las que empieza a configurarse el nuevo mapa.
Michling tiene un candidato propio, y no lo esconde: El exministro Maximiliano Pullaro es explícito y contundente: admite que quiere ser gobernador, y avanza en sumar aliados. A su lado ya tiene a los sectores del PRO que lo acompañaron en la interna de 2021, y realiza casi un acto diario en distintos puntos del mapa provincial. A Pullaro los números empiezan a cerrarle y sus principales colaboradores lo admiten. Hoy por hoy es el único que declara en condición de candidato, y pone nervioso al oficialismo con sus declaraciones. Las réplicas de los funcionarios de Perotti a sus apariciones públicas, empiezan a desnudar que es el «enemigo elegido».
La pésima gestión de Perotti, especialmente en el área de seguridad, le concede a Pullaro incluso la ventaja de hacer campaña con el tema. El contraste es tan grande, que aun habiendo sido el talón de Aquiles de las tres gestiones del FPCYS, la administración del radical en el Ministerio de Seguridad genera melancolía en buena parte de la sociedad, y especialmente en las fuerzas policiales.
El resto de los radicales por ahora miran. Nadie discute que una decisión de Carolina Losada podría cambiar el escenario. Sin embargo, es un secreto a voces que la periodista es una «candidata perfecta» a la vicepresidencia, y esa parece ser su preferencia. Por ahora, camina la provincia y se muestra conteste a los acuerdos en marcha.
Quien lidera al sector, Julián Galdeano, mantiene abierta las puertas de una precandidatura propia- con Losada o Dionisio Scarpin- pero saben que no será sencillo. Al decir de un importante dirigente del partido: » Es la primera vez que los radicales tenemos una oportunidad concreta de acceder a la gobernación. Estamos haciendo todo el esfuerzo para consolidar una unidad total del partido. Hoy tenemos esa responsabilidad, y no vamos a desaprovecharla. Hay que buscar el acuerdo no sólo con los radicales, sino con el resto de las fuerzas»
Galdeano «camina» la provincia con el senador Michling. Y asiente cada paso que se va dando. Las principales dificultades las ven en las ciudades de Santa Fe y Rosario. Ambos intendentes parecen decididos a formar parte del acuerdo, pero algunos nombres radicales siguen incomodando a la hora del acuerdo. El sapo principal es José Corral. El exintendente se muestra en las fotos como vicepresidente segundo de la UCR, y eso molesta a algunos de los futuros socios. Sin embargo, desde la conducción tranquilizan: «Hay algo que está claro. Corral no conduce este proceso y deberá aceptar las decisiones que se tomen. Si algo no vamos a permitir, es que los egos tumben los acuerdos» dice con contundencia uno de los principales referentes del radicalismo.
Por ahora, Pullaro es «el candidato» radical, y aquellos que consideraron apresurado su lanzamiento, empiezan a admitir que su figura se consolida, tal como lo expresan algunas encuestas que circulan.
Pero no será el único, claro está.
SOCIALISTAS A PUNTO DE DAR EL PASO

«Es muy difícil que quedemos afuera de ese armado» dice un Socialista que hasta hace unos meses se mostraba escéptico sobre un nuevo Frente. «La verdad es que vamos a ir por adentro del Frente, lo que no sabemos es si lo haremos con lista propia o nos sumaremos a un acuerdo con algunos radicales. Para eso sí que queda tiempo». Lo dice después del Locro Socialista del pasado 9 de julio, donde se mostraron unidos, como pocas veces en los últimos tiempos, todos los referentes del partido.
El partido de la rosa experimenta su primera etapa sin liderazgo claro: Desde su nacimiento y hasta la inesperada muerte de Miguel Lifschitz, el socialismo tuvo referencias claras e indiscutibles: Estévez Boero, Cavallero, Binner, Bonfatti y el propio Lifschitz, fueron lideres indiscutidos en sus tiempos. Hoy esa figura no está consolidada en ninguno de los nombres que lideran al partido, y más allá de cualquier especulación, ese es un debate a corazón abierto que no se resolverá de la noche a la mañana, sin dificultades.
Como ocurrió históricamente, el nuevo liderazgo nacerá de los espacios de poder a los que accedan, y para poder llegar a ellos, tendrán que trazar caminos que los acerquen y abandonar cierta tendencia testimonial, que plantean algunos pocos militantes. En ese punto, es que los socialistas se terminarán inclinando por formar parte de la nueva oposición. «En la provincia tenemos hoy el mismo escenario que tuvimos en todas las elecciones legislativas nacionales. No podemos permitir que la grieta nos consuma como fuerza. Solos, no podemos pelear nada» admite un exministro, anticipando lo que todos ya saben: los socialistas se sumarán al Frente de Frentes y necesitan dar ese paso, para después discutir sus propias estrategias.
Uno de los temas que los mantiene en vilo, es la decisión final de uno de sus principales socios: el intendente de Rosario, Pablo Javkin. El rosarino reconoce en off que mantiene intactas sus expectativas para ser candidato a gobernador. Sin embargo, las dificultades de la gestión- especialmente las vinculadas a los niveles de violencia- y un problema de salud, afortunadamente resuelto, le acortaron los tiempos y le impidieron dar el salto cualitativo que esperaba.
Esa situación le abrió la puerta a la diputada Clara García, que comenzó a moverse en posición de precandidata. «No hay nada resuelto, pero no hay dudas que Clara es hoy nuestra principal figura de referencia para una eventual candidatura a la gobernación». Si Javkin no juega, García parece decidida a hacerlo en la interna de la nueva coalición.
La otra pregunta es qué rol cumplirá el exgobernador Antonio Bonfatti, que se convirtió en uno de los principales actores a la hora de empujar por la creación de la nueva coalición. Desde sus círculos íntimos no hablan de expectativas personales y descartan cualquier pretensión de volver a la Casa Gris. Lo que no discuten es que su nombre pueda encabezar la lista de diputados. La disputa en esa categoría está destinada a ser la estrella de las próximas elecciones: el propio Perotti parece haber elegido ese lugar para continuar su actividad política. El hecho- por cierto, vergonzante- de que un voto de diferencia le otorgue a la primera minoría 28 de los 50 legisladores, sigue siendo muy tentador. Allí es donde se cuecen los mejores acuerdos: No es lo mismo repartir 28 bancas, que aspirar a algunas de las otras 22 bancas nacidas de la proporcionalidad del resto de los votos.
En cualquiera de los casos, tanto García como Bonfatti son los dos nombres de relieve que aparecen como capitales electorales para el Socialismo. Y con esos dos nombres en la cancha, aspiran a un acuerdo que garantice protagonismo del socialismo en el próximo gobierno provincial.
«Se trata de garantizar lo programático» dice un hombre cercano a Bonfatti. «Es muy difícil que ganemos la interna, pero es importante que hagamos pesar nuestros votos para el armado del próximo gobierno. Nosotros hemos probado tener políticas públicas indiscutibles en salud, educación y cultura. No podemos perder la oportunidad de garantizar que se retomen esas políticas, que Perotti abandonó»
EL PRO Y LOS RIESGOS DE NO SER

Si alguna resistencia le queda al armado del Frente Nuevo, esa está en el PRO. Es el propio vicepresidente del partido a nivel nacional, Federico Angelini, el que expresa por lo bajo esas reservas. El tema es la denominación y la posición de poder del PRO en el nuevo conclave. Para Angelini cierra si los nuevos socios se suman a Juntos x el Cambio. Y en ese armado, por razones obvias, el partido se siente protagonista indiscutido.
Pero los radicales ya anuncian que la «experiencia Santa Fe» será distinta esta vez, y que en el afán de sumar, el nombre no puede ser un problema.
El que pareció entenderlo con claridad es el diputado nacional Gabriel Chumpitaz. Socio electoral de Maximiliano Pullaro en las internas del 2021, aspira a ser intendente de Rosario y sabe que sólo puede hacerlo en el marco de una gran coalición.
Chumpitaz se convirtió en los últimos meses en la referencia santafesina del Jefe de Gobierno, Horacio Rodriguez Larreta, y desde ese lugar viene acumulando adhesiones.
La disputa en el PRO, podría modificarse con una especie de milagro: Que reapareciera Miguel del Sel en la escena. El excandidato a gobernador niega sin titubeos cualquier posibilidad de ser candidato a gobernador, pero deja la puerta entreabierta cuando se menciona la idea de encabezar una lista de diputados provinciales. En ese escenario, nadie lo descarta.
«Si Del Sel jugara en diputados, la interna sería extraordinaria. ¿Te imaginás a Bonfatti, Del Sel y a Corral en una interna abierta?» celebra un dirigente radical, imaginando un escenario de acumulación de votos, imposibles de igualar para cualquier candidato que se ponga en frente.
La decisión de Del Sel- anticipada por su amigo «Oreja» Fernández en alguna reunión privada- puede ser determinante, puertas adentro del PRO.
DOS INTENDENTES EN PROBLEMAS Y LOS QUE NO VAN A ESTAR

Pablo Javkin y Emilio Jatón sintonizan bien. No forman parte del mismo esquema político, pero se las han arreglado para tener posiciones comunes en algunos temas que les permiten avanzar en la administración de sus gestiones, en tiempos de pandemia, incendios, violencia e inflación.
El destino de los dos parece ser la reelección. Más allá de sus expectativas.
Javkin ha manifestado en forma reiterada que quiere competir por la gobernación, pero su principal problema está en las pocas posibilidades de mantener la intendencia, con otra figura que no sea la suya. Hoy, con la excepción del propio Javkin, ninguno de los dirigentes de coalición que gobierna la ciudad, tiene números que permitan garantizar la continuidad del progresismo en el Palacio de Los Leones.
Ni los concejales de CREO, ni los socios socialistas parecen tener chances de ganarle a los varios precandidatos del peronismo en Rosario. Desde Marcelo Lewandowski, que ganó las últimas legislativas en la ciudad, pasando por la vicegobernadora Alejandra Rodenas, son muchos los dirigentes que se apuntan para dar la pelea y poner al primer intendente peronista desde 1983.
Los números de Javkin siguen siendo altos en la preferencia de los rosarinos. Y las posibilidades de ser reelecto son altas, si se le suma un armado provincial sólido.
Por ahora, el intendente no ha definido su futuro. En viaje por Nueva York, tratando de encontrar fórmulas para bajar los niveles de violencia que asolan a la ciudad, se especula con alguna decisión que le ponga fin a las especulaciones. «Voy a estar adentro» dicen que el intendente le dijo a un alto dirigente radical. Con esa sola determinación, se descarta que Javkin tendrá un papel preponderante en las elecciones de 2023, ya sea buscando la reelección o compitiendo por adentro, en una candidatura a la gobernación. Hoy, sólo lo sabe el propio Javkin.
Por su parte, Emilio Jatón, también cavila sobre su futuro. Aunque casi está cerrada su decisión de ir por la reelección, lo que no le queda claro es si será por «adentro o por afuera», al menos en la categoria municipal. Lo que incomoda, con muchas razones, al intendente y a las mujeres y los hombres que lo rodean, es un eventual acuerdo con los sectores radicales que gobernaron la ciudad antes que él y que lo destrataron antes y durante su gestión. Ahí el nombre de José Corral es el que más problemas genera.
Las relaciones con Corral han sido malas, y para muchos es «el límite» que no se puede cruzar.
Sin embargo, el sector todavía llamado «UNL» se apresta a dar un debate sobre sus liderazgos. Sus propios militantes manifiestan que es hora de cambiar el perfil y es la concejala Adriana «Chuchy» Molinas el nombre por el que muchos apuestan. Su última elección generó expectativas.
Un dirigente radical dice que para el intendente «no es lo mismo Molinas que Corral», aunque no termina de aceptar las posibilidades de pujar en una interna su segundo mandato. Es el debate más dificil de resolver y será sin dudas, uno de los obstáculos a remover en los próximos meses. Sin embargo, desde la UCR dicen que hay maneras de saltearlo: «Si no quieren ir juntos en la ciudad, pero eligen acompañar a los candidatos provinciales, no sería un mal acuerdo. Ellos deben entender que se disputan el mismo electorado, y que la división en las generales puede hacerles perder la ciudad. Pero allí, resuelven ellos»
Jatón sigue siendo un nombre con fuerte adhesión en la ciudadanía santafesina, tal como lo expresan las mayorías de las encuestas de la ciudad de Santa Fe, un lugar donde el peronismo- a diferencia de Rosario- no ha conseguido instalar a un candidato indiscutido.
El único con chances de discutirle el lugar a Emilio Jatón, es el cantante senador Marcos Castelló. Un nombre que casi todos descartan, porque prefiere mantener su banca en el senado y la comodidad del doble empleo como artista. Un asunto que ha despertado varios escándalos.
LOS QUE NO VAN A ESTAR ADENTRO

El armado del nuevo frente no contará con algunos nombres que fueron protagonistas en distintas etapas de los gobiernos del Frente Progresista.
Entre los radicales, sobresale el nombre de Fabian Palo Oliver. Ex intendente de Santo Tomé y actual diputado provincial. Para el «Palo», el PRO sigue siendo el límite de cualquier acuerdo, y ni siquiera la cercanía con su último aliado electoral- Pablo Javkin- lo saca de esa posición.
Lo de Palo Oliver se emparenta con la posición del ex presidente de la Cámara de Diputados, el socialista Eduardo Di Pollina, que, a pesar de haber participado de la última interna del PS, parece desvinculado de la orgánica partidaria y se muestra con figuras como Agustín Rossi, Rubén Giustiniani y Carlos Del Frade, en actos públicos.
La «sensación» es que todos ellos pelearán por retener (u obtener) una banca en la legislatura. Para eso, alcanza con repetir los números de cada uno en las elecciones anteriores. Un asunto que la polarización puede complicar bastante, si se trata de satisfacer las expectativas de todos.
En el caso de Palo Oliver, muchos empezaron a hablar de un posible retorno a la intendencia de Santo Tomé. En los hechos, en los últimos días presentó su propio partido- con local céntrico en la ciudad- y formuló declaraciones que cuestionan a Daniela Questa, histórica ex compañera de militancia.