Hay una excusa muy común en la dirigencia política, a la hora de escuchar y replicar la crítica de un periodista: «Le paga Mengano» ó la más descalificativa :»¿Tanto te piden, para decir esto?». Es curioso que nunca, jamás, prefieran pensar que a lo mejor la crítica es la consecuencia de un razonamiento genuino. O algo más grave aún: Que nunca se detengan a pensar que la crítica puede tener algún viso de razón, parcial o total.

Yo me equivoco, y mucho. A diferencia de esos dirigentes, suelo decir que me equivoqué y cuando lo hago, lo reconozco y si corresponde, pido disculpas.

Mi postura con la no gestión provincial es conocida. Si alguna tranquilidad tengo es haber mantenido mi linea de pensamiento, que nació antes de la elección de 2019, advirtiendo lo que podía pasar en la provincia si finalmente Perotti y su banda de amigos empresarios rafaelinos terminaban accediendo al poder.

Lo dije antes, lo dije durante sus primeros dos años de mandato en plena soledad, y lo digo ahora.

Lo mismo cabe para las dirigencias gremiales cómplices del gobernador en el ajuste y el saqueo.

Lo mismo para la progresía que veía en Perotti un «triunfo táctico del modelo nacional y popular»

Para poder seguir trabajando en periodismo me las tuve que arreglar y bastante solo. En 2019 me quedé a la intemperie. Nadie me dio trabajo. Yo estaba vedado en todas las radios y los canales de TV de la ciudad y la provincia. Y nadie, absolutamente nadie, puso la cara por mi.

En el 2020 fundé «una radio», que no era otra cosa que un par de microfonos, una computadora , dos camaritas webs y una tela verde de fondo. Saliamos sólo por facebook y youtube. Y al mediodia nos poniamos a editar fragmentos para mandarlos por redes y mensajerias telefónicas.

Muy pocos amigos ayudaron. Nombrarlos entonces, era meterlos en problemas. Con el gobernador, claro. Y con sus propios pares que me consideraban un paria indeseable.

Pero seguimos. Y lo que hicimos fue lo que nadie quiere hacer: decir las cosas que pasan, sin aceptar que nadie venga a ponernos el dedo en el renglón. Sin que nadie diga «de esto, si. De esto, no».

Los archivos, tanto de mi blog ( un espacio de costo mínimo en wordpress) como de REC, están colgados. Todas las columnas, todos los informes, todos los nombres, todos los temas.

Allí podrán escuchar lo que decíamos apenas asumió Marcelo Saín. Y pueden leer aquello y compararlo con lo que terminó ocurriendo. Lo dijimos antes, cuando nadie se animaba a decirlo.

Allí podrán ver y escuchar las denuncias sobre los funcionarios de Perotti. Nunca nos desmintieron, y algunos pocos salieron eyectados del cargo. Por las razones que esgrimimos nosotros, por lo que contamos.

Allí pueden ver nuestras posiciones sobre la dirigencia de ATE, AMSAFE, UPCN. Los negocios que mostramos. Ahí están dichas las cosas que hoy damos por sentadas: que fueron socios de Perotti en el ajuste de los empleados públicos. Lo dijimos y le dimos aire a los que tenían prohibido hablar bajo amenaza.

Ahí está la vacunación VIP. Un asunto que me generó muchos dolores de cabeza, pero que finalmente terminó escondido, nunca aclarado. El gobernador jamás me denunció. Los fiscales nunca me llamaron para que probara que lo denunciado era cierto. Nunca me dieron la oportunidad de explicar en la justicia lo que había contado, y que se encargaron de desmentir «apenas» por todos los medios de comunicación, en los que nadie me llamó para que ofreciera mi respuesta y mis argumentos.

Allí están los abusos en cada ministerio: en Seguridad, claro. En Educación, obvio. En Salud, también. En Desarrollo Social, en Cultura, y especialmente en las del Ministerio de Cosas, que le inventaron al rafaelino Marcos Corach. Ahí está todo, a pesar de que algunas de nuestras denuncias derivaron en acciones penales, que algún fiscal se encargó de cajonear, como la de la entrega por decreto del Juego On Line.

Allí están nuestras posturas sobre las «geniales» investigaciones fiscales sobre «El juego ilegal». La versión no oficial de lo que intentaron hacer Perotti y Saín para quedarse con todo el poder público, y que finalmente hoy es expediente con imputación y promesa de procesamiento del Capitán América, y en el futuro, del propio gobernador.

Allí están nuestras miradas sobre los ahorros innecesarios en plazos fijos, nuestra advertencia sobre el negocio financiero de la billetera Santa Fe. Allí están los nombramientos, los intentos por contratar en lugares públicos, a los que hacen negocios privados.

Allí está todo, y todo es coherente. Nos definimos por eso, por decir las cosas con nombres y apellidos. por distinguir a los que operan sobre la cosa pública. Para romper el silencio que la pauta, el terror y el cretinismo impusieron en la Provincia.

Allí están las advertencias de lo que iba a ocurrir con la violencia, con la liberación de territorios, con el maltrato y la humillación a la policía.

Dijimos muchas cosas que finalmente ocurrieron, tal como las dijimos. No somos «especiales», apenas elegimos decir las cosas a costa de no enriquecernos. Pudimos elegir el camino de la condescendencia y el silencio, y no lo hicimos. En lo particular, tengo un Fiat Mobi. Si hubiera elegido el camino de la obediencia, estaría limpiando mi propio Audi, como muchos colegas.

Por eso, no hay una sola denuncia en nuestra contra. Por eso, nadie nos acusa de haberlos extorsionado o amenazado. Por eso, y con plena conciencia de haber sido escuchados, espiados, y en algunos casos perseguidos, no han conseguido mostrar un sólo papel que nos involucre en «asuntos oscuros». Sencillamente porque no los hay.

Entonces decirnos, livianamente, que estamos comprados, que nos piden que hablemos de, a favor de tal o en contra de tal otros, es una infamia .Tan infame, que nadie se anima a decirlo públicamente. Pero lo hacen circular, o lo dejan entrever.

Según quien lea o escuche nuestras columnas, estamos comprados. He leído que estoy pagado por gente a la que no conozco, con la que nunca tuve ni siquiera trato.

Y ya me acostumbré: para los radicales, soy socialista. Para los socialistas soy radical. Para algunos radicales, soy radical pero de los otros. Para algunos socialistas, me bancan los otros socialistas. Para los intendentes, soy socialista o radical, dependiendo de quien gestione la ciudad. Para los del PRO, soy pagado por los radicales, los socialistas y Javkin. Para los peronistas, soy financiado por todos los demás. Para otros peronistas, soy macrista. Para los Macristas, soy filo-K. En fin…

«Ser» o «Estar comprado» es lo mismo. Decir y opinar, es «cobrar de». Y es probable que muchos colegas hayan justificado semejante confusión.

Mis opiniones sobre lo que está ocurriendo en Rosario y Santa Fe con la inseguridad y los homicidios, son las mismas opiniones de hace tres años, dos , cinco meses y una semana.

La observación sobre las responsabilidades políticas, también.

A lo mejor cambia la tolerancia sobre algunas actitudes. Nada que no se haya dicho de otra manera, en ocasiones anteriores.

Lamento tener que decir esto: A nosotros nos ayuda mucha gente, nos pautan muchos legisladores, municipios y muchas otras empresas privadas. Facturamos TODO. Y estamos creciendo a base de comernos un montón de obstrucciones naturales en un país que parece una sola gran obstrucción.

Y lo que decimos con la boca, sale de nuestras pobres cabezas. No nos manda nadie.

Y eso, es carísimo.

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