Falta menos de un mes para que cierren los plazos de presentaciones de listas en Santa Fe, y aunque nadie espera sorpresas, va quedando en evidencia, cuáles son las verdaderas preocupaciones de algunos funcionarios perottistas de cara al futuro post electoral y quienes son los sectores de la oposición que van mostrando voluntad para asegurarles una tranquilidad que, al menos hoy, no tienen en el único ámbito que realmente les genera dolores de cabezas: el poder judicial. ¿Cuáles son los términos del «nuevo acuerdo»? Los meses y el volumen de algunas campañas electorales, seguramente las irán develando.
Lo cierto es que ayer, sobre la hora, a pocos dias de que los cargos quedaran vacantes y el MPA acéfalo, la asamblea aprobó 10 pliegos para designar a las nuevas autoridades de la fiscalía general del MPA, fiscalías regionales, Auditoría General del MPA, Defensoría Provincial y Defensorías Regionales del Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
El gobernador salió a juntar voluntades en torno a los nombres que propuso para cambiar las autoridades del MPA, que asumirán a finales de este abril. El primer gesto lo tuvo con los nombres: rompió todos los acuerdos que había alcanzado con el ala más dura del Poder Judicial, que sigue representando el santafesino Rafael Gutiérrez, y volvió a traicionar a «sus» senadores díscolos, que se enfilan detrás de la figura del sanlorencino Armando Traferri.
En el camino abandonó al candidato a fiscal general propuesto por Gutiérrez, Roberto Prieu Mantaras; y luego al preferido de los senadores: Javie Beltramone. Los dos camaristas terminaron postergados por la actual auditora del MPA, María Cecilia Vranicich, que ayer fue designada al frente del organismo en reemplazo de Jorge Baclini.
Otro tanto ocurrió con la fiscalía regional de Rosario: Postergó el nombre de Miguel Moreno y en su lugar, propuso a la actual fiscal María Eugenia Iribarren.
Con esas señales, Perotti supuso que el resto de los nombres iban a ser aprobados a pliego cerrado. Sin embargo, la «nueva mayoría» que ayer se asomó en la legislatura y que promete proyectarse no sólo en el recinto, sino en el juego electoral de cara a las elecciones de Octubre: A Perotti le tumbaron a dos preferidos. Primero a Orlando Toniolo, rechazado como fiscal regional del Ministerio Público de la Acusación en la Ciudad de Rafaela; y al abogado Gonzalo Javier Armas, que le negaron el acceso al cargo de Defensor Regional del Servicio Público Provincial de Defensa Penal de la Provincia de Santa Fe con Sede en la Ciudad de Rosario.
Los dos nombres llegaron con cuestionamientos. El primero porque en la audiencia del martes, quedó expuesto su desconocimiento sobre la región en la que aspiraba a ejercer la función y por su manifiesta cercanía a algunos funcionarios rafaelinos que gobiernan hoy la provincia.
Lo de Gonzalo Armas era más complicado: Sus antecedentes en las funciones federales no fueron satisfactorios, en «off» algunos legisladores aseguraban que se trata de un hombre con poco apego al trabajo, en segundo lugar porque mintió sobre su patrimonio- dijo desconocer que era propietario de 48 lotes que recibió de herencia- y finalmente, lo que más pesó -sus cercanía profesional e ideológica con exfuncionarios desprestigiados, a los que defendió públicamente como los destituidos Gabriel Ganón, Nadia Schujman y Marcelo Saín, que lo dejaron expuesto en sus opiniones en torno a asuntos muy delicados como el espionaje desde el Estado o la creación de causas armadas, con pruebas plantadas para generar acusaciones falsas.
Allí apareció la división que empieza a visibilizar un nuevo mapa dentro de la política santafesina, y que parece ir perfilando cómo quedarán las cosas en el futuro inmediato- de cara a las elecciones- y también, en el armado de las roscas que definirán de aquí a fin de año, algunas cuestiones incómodas para el propio gobernador: su futuro judicial.
LAS VOTACIONES, LAS ALIANZAS Y LAS DIVISIONES
Durante las reuniones previas a la asamblea de ayer, se empezaron a oler las «nuevas alianzas» parlamentarias. Hubo alguna movida sin éxito para «tumbar» el nombre de Iribarren, incluso desde la propia Casa Gris. La relación amable de la nueva fiscal general con los fiscales Matias Edery y Schiappa Pietra, generaron un «tardío» arrepentimiento del propio Perotti, que le valió un nuevo enojo de parte de los senadores justicialistas.
Luego de las audiencias del martes, a las que debieron concurrir todos los propuestos, surgieron otras discusiones que nunca llegaron a mayores, ni a poner en dudas el éxito de las designaciones. No había tiempo para dilatar las aprobaciones: si en esta sesión no quedaban aprobados los pliegos, todos los cargos podían quedar acéfalos por algunos meses.
Entonces aparecieron los nombres de Toniolo y Armas, y las cosas se calentaron. A Toniolo no lo bancó prácticamente nadie: sólo el puñado de diputados y algunos senadores justicialistas: 40 votos en contra de su pliego, sólo 13 a favor y 10 abstenciones.
Cuando llegó el turno de Gonzalo Armas, allì las cosas se pusieron tensas y no faltó quien «contara los porotos», señalando a los presentes, antes de que se comenzará a votar.
A Armas lo «bancaron» los diputados y senadores del PJ, toda el «ala progresista»- que incluye a Del Frade, Palo Oliver, Giustiniani, Donnet, la diputada de Ciudad Futura y Claudia Balagué (en disidencia con el bloque del PS); los radicales que se ubican detrás de la candidatura de Carolina Losada, encarnados por los diputados Galdeano y Boscarol; el diputado de Pablo Javkin, Ariel Bermúdez al que se sumó la diputada del GEN, Mónica Peralta, la diputada PRO Ximena Sola, los diputados de «Familia y Vida» Mayoraz y Armas Belavi y la «Pichettista», Bettina Fiorito. En total, 30 legisladores.
Frente a ellos, la totalidad de los diputados y senadores radicales del NEO, que encabeza Maximiliano Pullaro, todos los diputados del Partido Socialista- excluyendo a la mencionada Balagué- el diputado del PDP Gabriel Real, los dos diputados «evangelistas» Ghione y Argañaraz, el diputado de la CC Sebastian Julierac y la diputada Amalia Granata. Con la ausencia con aviso de los diputados socialistas Garibay y Bellati, el recuento dio 33.
El resultado fue la consecuencia de duras y agitadas negociaciones que se dieron en los pasillos y despachos, durante las horas previas al ingreso al recinto, y allí llamó la atención el trabajo casi a dúo de los referentes del «Pullarismo» y del Socialismo. Ambos, que arrastraban diferencias que se hicieron públicas, parecen haber limado algunas diferencias y reunificaron líneas comunes, que no solo se notaron en los votos, sino en el tenor de los discursos de los referentes que hicieron uso de la palabra.
A diferencia de los 30 que defendieron el pliego de Armas, el foco y los discursos- entre los que se destacó el del socialista Joaquín Blanco- de los que finalmente obtuvieron el simbólico triunfo en la Asamblea, estuvieron puestos en las políticas públicas del gobernador, en las dilaciones y la falta de transparencia por la que se transitó el proceso de selección y nominación de los fiscales y defensores, el recuerdo a la ola de renuncias en los jurados, el impacto de las escuchas que involucran al actual secretario de Justicia, Gabriel Somaglia en la causa espionaje, y un mensaje directo al mentón del mandatario, en el recuerdo de las causas penales que lo rozan, como la del juego ilegal en Rafaela o la demora de la tramitación de la que investiga el espionaje, la compra irregular de armas o la entrega del juego on line por decreto.
Las cosas parecen acomodarse en Santa Fe, y la línea empieza a ser menos confusa. Como en los viejos tiempos, socialistas y radicales organizaron un esquema que pudo torcerle el brazo al bloque de senadores del PJ, con Traferri y los «orgánicos», más los nombres que sin aceptarlo- esta semana Ciudad Futura cerró filas con el FdT en Rosario- están trabajando tàcticamente con la continuidad del PJ en la provincia, y los hombres y mujeres del Frente de Frentes, que parecen decididos a evitar un eventual triunfo del radical Maximiliano Pullaro, en las internas de Julio.
Las lineas se marcan no sólo por las diferencias internas de los sectores, sino por la voluntad de efectuar algunos acuerdos con el propio Perotti, que a pesar de ir perdiendo poder mantiene una suculenta billetera, intacta, para «jugar» en las próximas elecciones.
Los amontonamientos, en ambas sumas, no solo muestran los acuerdos electorales que se asoman, sino que evidencian los «espantos» que los unen. El frustrado aspirante a la defensoría de Rosario, Gonzalo Armas, terminó siendo el modo de explicitarlo.
Nuevo mapa en Santa Fe, los melones empiezan a acomodarse. Y el amor y el espanto terminan siendo pegamentos temporales.