Querido Lío :
Te escribo porque anoche, por enésima vez, me hiciste feliz.
Porque salté del sillón con los brazos al cielo cuando clavaste la parábola en el ángulo y te convertiste, otra vez más, en el máximo goleador. Lo que te faltaba en lo personal: Máximo goleador de la historia de la Selección.
Y lo grité por vos, te juro que lo grité más por vos que por cualquier otra cosa.
Y me latía el corazón. No sólo por el gol sino por la inmensa belleza del gol. Por el regalo del pase a Lavezzi, por la generosidad en el cuarto con Higuain. Porque te divertías Lio, y los divertías a tus compañeros.
Y eso es lo único que importa.
A mi no me hace falta nada más para saber que serás eterno en el césped. Y que no habrá libro de historia del deporte que pueda eludirte dentro de cincuenta , cien o doscientos años. Que serás estatua de bronce. Que el Camp Nou alguna vez llevará tu nombre, y que tu apellido será por siempre sinónimo de virtud.
Pero , además, te escribo porque hoy a la mañana aparecieron de nuevo los insaciables.
Los que creen que el mundo sólo se divide entre los que pierden y ganan.
Los que te demandan un campeonato a vos para reconocerte completo.
Los que te comparan y te subestiman.
Los que te exigen que cantes el himno a los gritos. Los que dicen que no tenes personalidad. Los que dicen que no sentís la camiseta argentina.
Los que, en el fondo, desean que no ganes nada más – increíble, porque sos el jugador más ganador de la historia del fútbol mundial- sólo para sostener a un mito.
- «Si no gana el domingo, no existe. Es un pecho frío». Claman, casi deseándolo.
Y yo se que te lastiman. Y te presionan. Y que debes estar pensando en el domingo con algo de angustia.
Porque el domingo, otra vez, habrá un ejército de exitistas pidiéndote que les demuestres a ellos que vos sos lo que ya sos, pero ellos se niegan a aceptar, sólo porque no ganaste un campeonato con la selección, todavía.
¿ y sabés que? A mi y a millones de argentinos no nos importa si ganaste o no un campeonato. Porque, repito, no nos hace falta nada más, porque ya nos diste suficiente. Porque no hay precio para la felicidad que regalás cuando te divertis en la cancha.
Por todo eso, y sólo por eso, te pido: el domingo divertite. Ganen o pierdan, divertite.
Como anoche, como si estuvieras entrenando. Como si no fuera una final.
Hacelo por vos, Lío. Ni se te ocurra pensar en la gilada que te condiciona. Porque no vas a ser más ni menos, ganando o perdiendo. Vos ya sos inmortal. Vos sos el sinónimo del fútbol.
Y si pierden, Lio… No pasará nada. Al menos para nosotros, no pasará nada. Porque el mundo no se divide entre ganadores y perdedores. Y la vida es transito y no hay adonde llegar. Y lo que vale de verdad, es cómo la vamos transitando, y vos nos hacés más agradable el tránsito a muchos millones. Ganes o pierdas. hagas o no un gol. Cantes o no el himno. En el Barcelona o en la Selección.
Los que te van a putear, no te merecen
Y si ganan, Lío, disfrutalo con Mascherano y todos los muchachos que se vienen comiendo el garrón del no reconocimiento. Que bien merecido tendrán la borrachera de la noche. El desahogo de tantos años de sequía injusta.
Pero hacelo por vos, Lío. No por los que te exigen , ni por una bandera, ni por un himno, ni por demostrarle al mundo nada.
Hacelo por vos, y tus compañeros. Y por tus seres queridos que se comen la mierda innecesaria.
Que nosotros, vamos a saltar de los sillones. Pero por vos, Lio. Sólo por vos.
Ahora te dejo. Y el lunes todo seguirá igual para nosotros ¿eh? GANES O PIERDAS.
Abrazo, querido Lío. Y hasta siempre.