Un gobernador escondido, un festival de errores y una deuda falsa

En las últimas horas, el vocero del ausente gobernador Omar Perotti, afirmó que la «decisión de pagar atrasados los sueldos de diciembre de los empleados públicos, se tomó para no endeudar a la provincia». Con un rostro que empieza a mostrarlo con fastidio, quien hasta hace pocos días fuera un respetadisimo periodista radial, gráfico y televisivo en Rosario, se ha convertido en el responsable de comunicar, y mal, las decisiones del gobernador. Y el gobernador, nunca se hace cargo de nada.

En las mismas declaraciones, el vocero admitió » que es cierto que la provincia está muy poco endeudada»– contradiciendo el discurso que venían sosteniendo desde que comenzó la gestión. Fue el gobernador el que se cansó de hablar de los altos niveles de déficit que recibió de herencia, y quien desató el fantasma de las «arcas vacías». Pero él no se hace cargo de explicar nada, ni siquiera sus ministros. Lo mandan a Leo Ricciardino, y el hombre no para de recibir todos los palos que replican no sus decisiones, sino las del mandatario escondido.

Hoy cometió otro error. Antes de afirmar lo del «endeudamiento» para pagar sueldos, prefirió descargar sobre los periodistas y no sobre su propia oficina de comunicación, la circulación del presunto «falso cronograma de pagos» que según Ricciardino fue «una versión» y no un documento oficial.

Pues no. El documento llevaba la firma del funcionario técnico encargado de emitirlo, y además, se había enviado a El Litoral, al Diario Uno, a la radio Aire de Santa Fe y a todos los gremios estatales. Que luego- como se sabe- la «furia» del rafaelino silencioso, lo haya mandado a anular, y al otro día hayan confeccionado uno que viola todas las normas y las costumbres de pago del Estado santafesino, no es culpa ni de los periodistas ni de los dirigentes gremiales. Más allá de que en su descargo, Ricciardino haya descartado «la mala fe». Fue una comunicación oficial, y tuvo su retractación. Gobernar, implica hacerse cargo de los actos que se emiten. Y más, si los mismos llevan firma. Admitir el error y pedir disculpas, no le quita la valentía a nadie.

Pero el eje del error de esta mañana, fue la confirmación de que el calendario de pagos de la provincia, fue una decisión y no una situación forzada : el gobernador eligió postergar las necesidades de los empleados públicos, para evitar un supuesto «agravamiento de la deuda», que como ya lo admiten, no es tan grave.

Sin embargo, una vez más, realizan afirmaciones sin dar un sólo dato que lo funde: Durante los doce años de la gestión del Frente Progresista, en diez de ellos, el gobierno solicitó al Nuevo Banco de Santa Fe- agente financiero del Estado- que se le adelante la suma que corresponden a los sueldos, para pagarlos en tiempo y forma.

EL DATO desconocido, al menos hasta hoy, es que en el balance del Ministerio de Economía , con corte el 30/11 de 2019, aparecen con claridad los resultados de las relaciones financieras con el Banco: Durante todo el año, los santafesinos les pagamos al Banco 1 peso de interés por deuda, contra 16 pesos que recibimos por los beneficios de los depósitos del dinero público;Para dejarlo más claro aún: Durante 2019, el gobierno de Miguel Lifschitz le pagó al Nuevo Banco de Santa Fe 100 millones de pesos de intereses por dinero adelantado. Pero a la vez, recibió 1600 millones de beneficios.

¿ Que clase de endeudamiento es ese? El Banco te deja a favor 1500 millones durante la operatoria de un año, y los argumentos son «que no se quiere agravar la deuda»

El dato concreto, es que el Nuevo Banco de Santa Fe dispuso desde los últimos dias de diciembre las sumas correspondientes a los pagos de los sueldos, las jubilaciones y los aportes de todos los empleados públicos de la Provincia de Santa Fe. La decisión de postergar ese pago, es del silencioso gobernador, que con una clara intencionalidad de proyectar un estado de situación «grave», juega con las necesidades de los empleados públicos. Lo otro sería aún peor: que no le importen esas necesidades, ni los vencimientos de los alquileres, ni los intereses por mora en los compromisos adquiridos por cada uno de ellos. Eso implicaría la confirmación que anticipamos en campaña: que Omar Perotti sigue siendo aquel frío funcionario que vendió el Banco de Santa Fe, vaya paradoja. la razón por la cual los santafesinos necesitamos pedir adelantos para poder pagar sueldos.

Todos los gremios saltaron, pero más por la calentura de sus afiliados que por la decisión de sus principales dirigentes. Algunos de los cuales siguen más preocupados por ver qué les toca en la repartija de cargos, que en defender los intereses de sus representados. O sacándose fotos con funcionarios, la misma noche que cambiaban el cronograma que fue «versión».

Volviendo al comienzo, sería bueno que Omar Perotti empiece a dar la cara. Que hable con los periodistas, que le de explicaciones a la cudadanía por sus decisiones, y deje de ampararse en figuras en desuso: ya nadie tiene vocero, ni el Presidente de los EEUU, ni el propio Alberto Fernandez.

Que Perotti salga de la cueva. Que rompa la inercia de un gobierno que en el afán de cargar culpas sobre su antecesor, que una a una van siendo destruidas por los datos de la realidad, y ya comenzaron a molestar a sus propios aliados, y que empiece a gobernar.

Las oficinas cerradas, los espacios culturales que se habían vuelto una costumbre para de miles de chicos que no tienen opciones en vacaciones, sin actividades. Y la todavía inexplicable demora en la designación de cargos fundamentales para el funcionamiento de áreas de relación directa con la población, le dan identidad a una gestión que en 20 días ya gastó demasiado crédito.

No será de nuevo el cuento de las emergencias, ni la falta de dinero lo que les impida hacer nada. Será, si, la modorra, y la notable falta de liderazgo que está mostrando- sin mostrarse – el gobernador, lo que siga gastando lo nuevo: su gobierno.